Viernes de la semana VI de Pascua 14 de mayo – San Matías Apóstol 

14.05.2021

PRIMERA LECTURA

Lectura de los Hechos de los Apóstoles Hech.1, 15-17. 20-26 

Uno de esos días, Pedro se puso de pie en medio de los hermanos - los que estaban reunidos eran alrededor de ciento veinte personas - y dijo:

"Hermanos, era necesario que se cumpliera la Escritura en la que el Espíritu Santo, por boca de David, habla de Judas, que fue el jefe de los que apresaron a Jesús. El era uno de los nuestros y había recibido su parte en nuestro ministerio.

En el libro de los Salmos está escrito: "Que su casa quede desierta y nadie la habite". Y más adelante: "Que otro ocupe su cargo".

Es necesario que uno de los que han estado en nuestra compañía durante todo el tiempo que el Señor Jesús permaneció con nosotros, desde el bautismo de Juan hasta el día de la ascensión, sea constituido con nosotros testigo de su resurrección".

Se propusieron dos: José, llamado Barrabás, de sobrenombre el Justo, y Matías. Y oraron así: "Señor, tú que conoces los corazones de todos, muéstranos a cuál de los dos elegiste para desempeñar el ministerio del apostolado, dejado por Judas al irse al lugar que le correspondía". Echaron suertes, y la elección cayó sobre Matías, que fue agregado a los once apóstoles.

Palabra de Dios.


SALMO DEL DÍA

SALMO 112

El Señor lo hizo sentar entre los nobles de su pueblo.

Alaben servidores del Señor,                                                                                                                                                        alaben el nombre del Señor.                                                                                                                                                        Bendito sea el nombre del Señor,                                                                                                                                                desde ahora y para siempre. 

Desde la salida del sol hasta su ocaso,                                                                                                                                            sea alabado el nombre del Señor.                                                                                                                                                       El Señor está sobre todas las naciones,                                                                                                                                                 su gloria se eleva sobre el cielo.

¿Quién es como el Señor, nuestro Dios,                                                                                                                                           que tiene su morada en las alturas,                                                                                                                                                     y se inclina para contemplar                                                                                                                                                                 el cielo y la tierra?

Él levanta del polvo al desvalido,                                                                                                                                                      alza al pobre de su miseria,                                                                                                                                                              para hacerlo sentar entre los nobles,                                                                                                                                              entre los nobles de su pueblo.


EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Juan 15, 9-17

Jesús dijo a sus discípulos:

Como el Padre me amó, también yo los he amado a ustedes. Permanezcan en mi amor. 

Si cumplen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, como yo cumplí los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.

Les he dicho esto para que mi gozo sea el de ustedes, y ese gozo sea perfecto.

Este es mi mandamiento: Ámense los unos a los otros, como yo los he amado.

No hay amor más grande que dar la vida por los amigos. Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando. Ya no los llamo servidores, porque el servidor ignora lo que hace su señor; yo los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que oí de mi Padre. No son ustedes los que me eligieron a mí, sino yo el que los elegí a ustedes, y los destiné para que vayan y den fruto, y ese fruto sea duradero.

Así todo lo que pidan al Padre en mi Nombre, él se lo concederá.

Lo que yo les mando es que se amen los unos a los otros.

Palabra del Señor


PARA REFLEXIONAR

  • Judas, elegido del Señor, abandonó al Maestro, entregándolo para ser apresado y condenado; y desde ese momento, en el número simbólico de Doce apóstoles quedó una vacante que convenía ocupar. La comunidad de Jerusalén, y Pedro con ella, decidieron cubrir esa ausencia eligiendo entre todos a un nuevo apóstol. Las exigencias para el candidato son: haber acompañado a Jesús durante su ministerio y ser testigo de su resurrección.
  • "Echaron suerte", y Matías, fue elegido por la comunidad para que ocupara el puesto número doce, quedando asociado al grupo de los once apóstoles. Para Lucas, era urgente recomponer el número de doce, porque ellos constituyen las doce columnas de la Iglesia, en claro paralelismo con las doce tribus de Israel.

    ***

  • El breve pasaje del evangelio según san Juan, que la liturgia nos presenta en la festividad de san Matías, nos sitúa ante el misterio de la llamada de Dios que siempre escapa a nuestros cálculos humanos demasiado razonables.
  • El Padre demostró su amor a Jesús comunicándole la plenitud de su Espíritu. Jesús demuestra su amor a los discípulos de la misma manera, comunicándoles el Espíritu que está en Él; la unión a Jesús se formula ahora en términos de amor. Los discípulos son llamados a vivir en el ámbito de ese amor. Jesús pone en paralelo la relación de los discípulos con Él y la suya con el Padre.
  • El cumplimiento de sus mandamientos es signo de la permanencia en su amor, así como Él permanece en el amor del Padre porque cumple sus mandamientos. Estos mandamientos implican una vida de servicio a los hombres. No existe amor a Jesús sin compromiso con los demás.
  • Los mandamientos del Padre a Jesús son el cumplimiento de su misión de salvar a la humanidad. La verdad de la experiencia interior de amor a Jesús, y de Jesús al Padre está dada por el amor puesto en obra.
  • La alegría que Jesús les anuncia nace de la experiencia que produce el amor practicado. Los discípulos viven por el amor de Jesús y Él comparte con ellos su propia alegría que procede de la experiencia de amor con el Padre.
  • Lo que constituye la nueva comunidad y le da identidad es la unidad en el amor y a su vez es el fundamento de la misión. Donde no existe comunidad de amor mutuo no hay nada que anunciar. Jesús les explicará que la adhesión y el amor hacia Él, se da en términos de amistad. No son siervos sino amigos. La diferencia entre el siervo y el amigo se basa en la confianza. Esta es una amistad exigente y comprometida con la causa del Reino. Por eso el llamado no se agota, en la intimidad del corazón del discípulo, ni es un asunto exclusivo de religiosos o religiosas, presbíteros o diáconos.
  • El llamado de Jesús es una oportunidad para entablar amor y amistad con Él que se corrobora en la misión; los discípulos son sus colaboradores. Él espera que el trabajo de los suyos tenga un fruto duradero que vaya cambiando la humanidad. Por otro lado los frutos de alegría y la paz en la vida del discípulo y la comunidad son el resultado lógico y sobrenatural del amor a Dios y del espíritu de servicio al prójimo. A través de los discípulos se derrama la corriente de su amor.
  • Esta fiesta del apóstol Matías nos muestra que todo es don en nuestra vida. El nombre de Matías significa don, regalo de Dios, y también nos recuerda cómo Jesús puede hacer el llamado, a través de la comunidad de creyentes.
  • Todos somos amados, elegidos de Dios. Jesús llama a todo hombre a comprometerse para hacer de este mundo casa de todos, y esto, de forma totalmente gratuita. Dios reparte su gracia con generosidad a la que debemos corresponder también con generosidad para ser, igual que Matías, testigos fieles del amor y elección de Jesús.

PARA DISCERNIR

  • ¿Vivo mi relación con Jesús en términos de amistad?
  • ¿Experimento la llamada gratuita de Dios?
  • ¿Descubro los llamados que hace a partir de la comunidad?

REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

Me eligió para ser su amigo

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

..."El apóstol Pablo escribe: ¡Oh abismo de la riqueza, de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios e inescrutables sus caminos!» (Rm 11,33)... «Lo has hecho todo con sabiduría», dice el salmo (103, 24), es decir, en tu Verbo. Si todo ha sido hecho en el Verbo y por el Verbo (Jn 1,3), ¿quién dudará que se ha hecho con sabiduría, y que eligió perfectamente sus discípulos sin acepción de personas? «Nos eligió en él, dice el apóstol, antes de la creación del mundo» (Ef 1,4)...

Consideremos la elección de Matías. Los apóstoles habían elegido a Barsabás, llamado Justo, y a Matías...; a continuación se pusieron a invocar al que juzga según el corazón y que «conoce el corazón de cada uno» de ellos para que indicase quién era el elegido. Y seguramente que él tenía ya elegido a Matías para este honor antes que se echaran las suertes, incluso antes que el mundo fuera creado...

«Todo cuanto pidáis en la oración, dice el Señor, creed que ya lo habéis recibido y lo obtendréis» (Mc 11,24). Por eso la Iglesia acostumbra a orar unánimemente todas las veces que se ve necesitada de pedir algo al Señor; y no hay medio tan eficaz sobre el querer divino como la oración, al menos si se hace con fe, serenidad, humildad y perseverancia. El echar las suertes no ha supuesto ningún prejuicio a la elección de este glorioso apóstol ya que, como dice la Escritura, los apóstoles comenzaron por orar; el echarlo a suerte fue más bien una inspiración del Señor en respuesta a su oración. Por otra parte, Matías no obtuvo una gracia menor que Pedro o cualquier otro de los apóstoles, aunque fuese el último. Recibió el Espíritu con la misma plenitud que los demás, y los mismos dones espirituales que ellos. El Espíritu Santo, viniendo sobre él, lo llenó de caridad, le concedió expresarse en todas las lenguas, hacer milagros, convertir naciones, predicar a Cristo y alcanzar el triunfo del martirio...

San Lorenzo Justiniano (1381-1455)