Pro Ecclesia tua, Domine! 3                     por José Luis Aberasturi

09.07.2021

De nuevo escribo para todos los que os ofrecisteis al Señor por su Iglesia Santa. Y por los que os queráis sumar; porque, al estar OPEN la opción -nos lo pide el Señor, porque lo necesita su Iglesia-, podéis sumaros cuántos y cuándo queráis.

Sigo leyendo el primer tomo de los "Dictados de Jesús a Marga", que es como me gusta referirme a estos libros. Y cada vez estoy más entusiasmado, sinceramente. Porque me encaja todo. A otras personas no, como me han manifestado. Pero a mí, y hasta donde he llegado, sí: todo perfecto.

Si esto no viene de Dios, no sé de dónde puede venir. Personalmente, me parecería increíble que se lo hubiese inventado una persona, que es la otra posibilidad que quedaría sobre el papel. Imposible.

Y os copio, especialmente para los que os habéis ofrecido como holocausto por su Santa Iglesia, o queráis hacerlo ahora.

Habla Jesús a Marga: "Deseo que me deis abrigo en estos días que se me expulsa de todos sitios. Expulsado de todos los corazones, vaga mi Alma buscando el consuelo de mis pequeñas criaturas que, solícitas, me esperan, me anhelan, me buscan y quieren consolarme de tanto y tanto desprecio, tanta ingratitud. Querida hija, ¿querrás consolar más a tu Creador, el que te hizo?

'Sí, Amor mío'.

Atiende, pues, esto que voy a decirte.

'Jesús, yo te amo'.

Sí, hija, ámame, pues se acaba, se extingue el amor de las criaturas por Dios, el mundo se vuelve gélido, gris, los corazones son más que nunca pedernales en los que no cabe la entrega, no tiene sentido el amor. ¿Cómo no van a estar desesperados?, ¿cómo no van a ser infelices"...; pobres hombres, pobre humanidad. Hija mía: dime que aunque todos me abandonen, tú no lo harás.

'Jesús, hay tantas manifestaciones raras ahora: videntes, fenómenos...'.

Sí, es el tiempo de Satanás. Pero reconoced mi Espíritu. Él se manifiesta a los humildes. Por sus frutos los reconoceréis".

Pues, igual que a Marga, nos lo dice a cada uno, personalmente. Y no lo digo por decir. Lo digo por lo que Él nos dice, porque los destinatarios somos TODOS en su Iglesia.

¿Es una exageración -de no se sabría bien de quién viene-, eso de que se Le expulsa de todos lados, de todos los corazones? ¿Es que no lo estamos viendo y sufriendo cada día? ¡Si lo podemos decir exactamente igual nosotros...!

¿Es una "parábola" o una "divagación", afirmar que se extingue el amor de las criaturas por Dios, que los corazones -¡hechos por Él y para Él: en Él está nuestra felicidad!-, son "pedernales" en los que no cabe la entrega, en los que no tiene sentido el amor? ¿No nos desgarra el alma verlo todos los días en tantos sitios, incluso dentro de la misma Iglesia: la Suya, por cierto, la Única Verdadera?

¿No es para sentirse interpelado por ese "vagar" del Alma de Jesús buscando consuelo, buscando dónde reposar su Cabeza... en nosotros, tan miserables que "no somos dignos ni de desatarle la correa de sus sandalias"?

¿No es para decirLe que Le anhelamos, que Le buscamos, que Le deseamos, que Le queremos consolar...? ¿No es para decirLe que Le ofrecemos nuestro pobre corazón y nuestra pobre alma para que tenga el refugio y el calor humano -y sobrenatural, que también lo busca porque "lo quiere necesitar"-, que le niegan, con desprecio, en tantos sitios, tantas personas... en su Iglesia?

¿No podríamos pedirLe perdón por todas las veces -pasadas, presentes-, en que nuestro corazón y toda nuestra persona ha sido un verdadero "pedernal", bien alejados -los dos: persona y corazón- de cualquier tipo de entrega verdadera?

¿No es para gritarLe, si fuese el caso: -"¡Señor, no te abandonaremos NUNCA!"?

Vamos a renovar, cada día, nuestra personal entrega, hecha holocausto, por la Iglesia Católica, por los Sacerdotes y todos los miembros de la Jerarquía, y por la Salvación de todas las almas. Usa la formula que quieras, que Él te entiende perfectamente. Y la acepta en su Corazón.

Podemos aprovechar la Santa Misa y la Sagrada Comunión para hacerlo. O ante el Santísimo Expuesto. O en cualquier otro momento..., cuando queramos. Pero vamos a HACERLO. A diario.

No creo que haya mejor manera de darle ese CONSUELO que busca. Porque lo busca.

Eso sí: nuestra personal ofrenda la hemos de tener presente a lo largo del día; hacerla operativa en tantos momentos concretos a lo largo de la jornada, como nos lo reclama el Amor que Dios nos tiene. Estaremos haciendo una verdadera cadena de amor a Dios por nuestra parte, que subirá hasta el Cielo, en olor de suavidad, en olor de santidad... aunque nos veamos muy lejos de ella.

Y vamos a tener siempre presente, como criterio de juicio recto, seguro y cierto, para lo que pasa en la Iglesia y fuera de Ella, ese que Él mismo nos ha dado, y del que no debemos apartarnos NUNCA: "por sus frutos los reconoceréis".

Por cierto: nos sirve también, y muy mucho, para RECONOCERNOS personalmente, que también lo necesitamos. Y con urgencia.

Amén.


Extraído de Infocatólica.com


José Luis Aberasturi, sacerdote, filólogo, filósofo y teólogo-moralista.
He trabajado prácticamente siempre en la enseñanza, primero como profesor, y luego como sacerdote en la capellanía. Publiqué, "Educar la conciencia", dirigido específicamente a padres, educadores y catequistas con niños pequeños, para ayudarles a que se implicasen en la educación moral de los mismos; está casi agotada la 3ª edición.