
Lecturas del Viernes de la XXIX Semana del Tiempo Ordinario

Lecturas del Viernes de la XXIX Semana del Tiempo Ordinario
25 Oct 2024
Primera Lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (4,1-6):
Yo, el prisionero por el Señor, os ruego que andéis como pide la vocación a la que habéis sido convocados. Sed siempre humildes y amables, sed comprensivos, sobrellevaos mutuamente con amor; esforzaos en mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz. Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una sola es la esperanza de la vocación a la que habéis sido convocados. Un Señor, una fe, un bautismo. Un Dios, Padre de todo, que lo trasciende todo, y lo penetra todo, y lo invade todo.
Palabra de Dios
Salmo
Salmo 23
Éste es el grupo que viene a tu presencia, Señor
Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
él la fundó sobre los mares,
él la afianzó sobre los ríos. R/.
¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en el recinto sacro?
El hombre de manos inocentes y puro corazón,
que no confía en los ídolos. R/.
Ése recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
Éste es el grupo que busca al Señor,
que viene a tu presencia, Dios de Jacob. R/.
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Lucas (12,54-59):
En aquel tiempo, decía Jesús a la gente: «Cuando veis subir una nube por el poniente, decís en seguida: «Chaparrón tenemos», y así sucede. Cuando sopla el sur, decís: «Va a hacer bochorno», y lo hace. Hipócritas: si sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no sabéis interpretar el tiempo presente? ¿Cómo no sabéis juzgar vosotros mismos lo que se debe hacer? Cuando te diriges al tribunal con el que te pone pleito, haz lo posible por llegar a un acuerdo con él, mientras vais de camino; no sea que te arrastre ante el juez, y el juez te entregue al guardia, y el guardia te meta en la cárcel. Te digo que no saldrás de allí hasta que no pagues el último céntimo.»
Palabra del Señor
Reflexión del Evangelio
Por el Padre Daniel Manzuc
Por Monseñor Munilla
PARA REFLEXIONAR
- Pablo, «prisionero por Cristo» está detenido en Roma. Ha presentado con entusiasmo el misterio de Cristo y de su Iglesia, y está orgulloso de ser «cautivo de una causa divina». Por eso anima a sus fieles a mantenerse firmes.
- Exhorta a que «andemos como pide la vocación a la que hemos sido convocados», vivir la unidad dentro de la Iglesia.
- La unidad eclesial no es una simple coexistencia pacífica y respetuosa sino que debe tener sus raíces en la fe y concretarse en una mutua tolerancia y amor, que es lo que crea un ambiente de fraternidad y también de credibilidad evangélica.
- El autor de la carta nos recuerda que se trata de la «unidad del Espíritu», la verdadera unidad sólo se puede lograr acogiéndola como don. La carta recuerda que las actitudes que favorecen la auténtica unidad son: la humildad, la amabilidad, la comprensión.
***
- Lucas concluye este discurso de Jesús dirigido en primer lugar a sus discípulos y luego al resto de la gente. Jesús insiste en la idea de la necesidad de estar preparados para asumir con radicalidad la nueva vida del Reino.
- Hay un tipo de tiempo que los griegos llamaban kronos, caracterizado por los cambios climáticos y estacionales; pero también es la característica de tiempo que normalmente manejamos y que nos permite contar las horas, días, meses y años, es el tiempo cuantitativo.
- El otro tipo de tiempo es el que los griegos denominaban kairós; esto es, "tiempo propicio", "tiempo apto para…". En la Sagrada Escritura, y en especial el Nuevo Testamento, esta calidad de tiempo se identifica con el "tiempo de Dios o el paso salvador de Dios". En la mentalidad de Lucas, el kairós es aquella modalidad de tiempo que permite reconocer cómo un hecho o acontecimiento de la vida influye positiva o negativamente en la vida del hombre y en el mundo. Jesús se refiere a esta clase de tiempo. Pide que así como pueden reconocer cambios climáticos con sólo ver una nube o sentir la dirección del viento, puedan reconocer el paso de Dios entre ellos.
- El discípulo verdadero es el que busca, trabaja y hace la paz; no almacena la gracia sólo en beneficio propio, sino que se hace transparente a la salvación concedida gratuitamente por Dios, a todos los hombres. Reconocer para responder.
- En un mundo de disgregación, tenemos que ser incansablemente signo de comunión. En un mundo de odio, estamos llamados a sanar heridas. En un mundo de guerras y de ruinas, necesitamos generar y crear espacios que muestren que la paz es posible. En un mundo de desconfianza, somos llamados a sembrar la semilla de la fe.
- La unidad es la vocación de la Iglesia que quiere hacer creíble el anuncio del Evangelio. Un solo cuerpo, porque fuimos llamados a una esperanza común.
- El Señor mismo es la gracia, que se hace presente, para que podamos escrutar nuestro tiempo y ver en él los motivos de esperanza.
PARA DISCERNIR
- ¿Sabemos discernir los signos de los tiempos?
- ¿Supimos descubrir el paso de Dios por nuestra vida?
- ¿Podemos descubrir las llamadas de Dios en la historia y en nuestra vida cotidiana?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Ayúdanos a vivir unidos con todos por el vínculo de la paz
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
¡Pregunta a los misterios invisibles de Dios!
Yo, Señor, sé con certeza que te amo, no tengo duda en ello. Heriste mi corazón con tu palabra y te amé. El cielo, la tierra y todas las criaturas que en ellos se contienen por todas partes me están diciendo que te ame. Y no cesan de decírselo a todos los hombres, de modo que no puedan tener excusa si lo omiten (cf. Rom 1,20). Pero el más alto y seguro principio de ese amor es que Tú tienes misericordia, haciendo que te amen los que reciben tu misericordia…
Pero ¿qué es lo que amo cuando te amo? No es hermosura corpórea, ni bondad transitoria, ni luz material agradable a estos ojos; no suaves melodías de canciones, no la gustosa fragancia de las flores (…). Nada de eso es lo que amo, cuando amo a mi Dios. No obstante, amo una cierta luz, una cierta armonía, una cierta fragancia, un cierto manjar y un cierto deleite cuando amo a mi Dios, que es luz, melodía, fragancia, alimento y deleite de mi alma. Resplandece entonces en mi alma una luz que no ocupa lugar; se percibe un sonido que no lo arrebata el tiempo; se siente fragancia que no la esparce el aire. Todo esto es lo que amo cuando amo a mi Dios.
Pero ¿qué es? Yo pregunté a la tierra y respondió "No soy yo". Cuantas cosas se contienen en la tierra me respondieron lo mismo. Pregúntale al mar y a los abismos, y a todos los animales que viven en las aguas y respondieron "No somos tu Dios, búscalo más arriba de nosotros". Pregunté al aire que respiramos y respondió él con los que le habitan. Pregunté al cielo, Sol, Luna y estrellas, y me dijeron "Tampoco somos nosotros ese Dios que buscas". Entonces dije a todas las cosas que por todas partes rodean mis sentidos "Ya que todas me han dicho que no son mi Dios, díganme algo de él". Y con una gran voz clamaron todas: Él es el que nos ha hecho (Sal 99,3).
San Agustín (354-430) – obispo de Hipona – doctor de la Iglesia – Las Confesiones X, 6,8-9.
PARA REZAR
Oración por la paz
Te suplicamos Oh Señor, Dios Nuestro;
que pongas la Paz del Cielo
en los corazones de los hombres,
para que puedas unir a las naciones
en una alianza inquebrantable,
en el Honor de Tu Santo Nombre.
Purifícanos con la limpieza de Tu Verdad
y guía nuestros pasos en santidad interior.
Danos concordia y paz a nosotros
y a todos los seres vivos de la tierra,
como la distes a nuestros padres cuando te suplicaron,
con fe verdadera,
dispuestos a obedecer al Santísimo y Todo poderoso.
Concede a los que nos gobiernan y nos conducen en la tierra,
un recto uso de la soberanía que les has otorgado.
Señor, haz sus criterios conformes
a lo que es bueno y agradable a Ti,
para que, utilizando con reverencia, paz y bondad
el poder que les has concedido,
puedan encontrar favor ante Tus ojos.
Solo Tú puedes hacerlo,
esto y mucho más que esto.
Gloria a Ti!
Ahora y Siempre
S. Clemente de Roma