Lecturas del Viernes de la 19ª semana del Tiempo Ordinario

12.08.2022

Lecturas de hoy Viernes de la 19ª semana del Tiempo Ordinario

Hoy, viernes, 12 de agosto de 2022

Primera lectura

Lectura de la profecía de Ezequiel (16,1-15.60.63):
Me vino esta palabra del Señor: «Hijo de Adán, denuncia a Jerusalén sus abominaciones, diciendo: "Así dice el Señor: ¡Jerusalén! Eres cananea de casta y de cuna: tu padre era amorreo y tu madre era hitita. Fue así tu alumbramiento: El día en que naciste, no te cortaron el ombligo, no te bañaron ni frotaron con sal, ni te envolvieron en pañales. Nadie se apiadó de ti haciéndote uno de estos menesteres, por compasión, sino que te arrojaron a campo abierto, asqueados de ti, el día en que naciste. Pasando yo a tu lado, te vi chapoteando en tu propia sangre, y te dije mientras yacías en tu sangre: 'Sigue viviendo y crece como brote campestre.' Creciste y te hiciste moza, llegaste a la sazón; tus senos se afirmaron, y el vello te brotó, pero estabas desnuda y en cueros. Pasando de nuevo a tu lado, te vi en la edad del amor; extendí sobre ti mi manto para cubrir tu desnudez; te comprometí con juramento, hice alianza contigo -oráculo del Señor- y fuiste mía. Te bañé, te limpié la sangre, y te ungí con aceite. Te vestí de bordado, te calcé de marsopa; te ceñí de lino, te revestí de seda. Te engalané con joyas: te puse pulseras en los brazos y un collar al cuello. Te puse un anillo en la nariz, pendientes en las orejas y diadema de lujo en la cabeza. Lucías joyas de oro y plata, y vestidos de lino, seda y bordado; comías flor de harina, miel y aceite; estabas guapísima y prosperaste más que una reina. Cundió entre los pueblos la fama de tu belleza, completa con las galas con que te atavié -oráculo del Señor-. Te sentiste segura de tu belleza y, amparada en tu fama, fornicaste y te prostituiste con el primero que pasaba. Pero yo me acordaré de la alianza que hice contigo cuando eras moza y haré contigo una alianza eterna, para que te acuerdes y te sonrojes y no vuelvas a abrir la boca de vergüenza, cuando yo te perdone todo lo que hiciste."» Oráculo del Señor.
Palabra de Dios


Salmo del Día

Isaías 12

Ha cesado tu ira y me has consolado

Él es mi Dios y Salvador: confiaré y no temeré,
porque mi fuerza y mi poder es el Señor,
él fue mi salvación.
Y sacaréis aguas con gozo
de las fuentes de la salvación. 

Dad gracias al Señor,
invocad su nombre,
contad a los pueblos sus hazañas,
proclamad que su nombre es excelso. 

Tañed para el Señor, que hizo proezas,
anunciadlas a toda la tierra;
gritad jubilosos, habitantes de Sión:
«Qué grande es en medio de ti el Santo de Israel. » 


Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Mateo (19,3-12):
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y le preguntaron, para ponerlo a prueba: «¿Es lícito a uno despedir a su mujer por cualquier motivo?»
Él les respondió: «¿No habéis leído que el Creador, en el principio, los creó hombre y mujer, y dijo: "Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne"? De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Pues lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.»
Ellos insistieron: «¿Y por qué mandó Moisés darle acta de repudio y divorciarse?»
Él les contestó: «Por lo tercos que sois os permitió Moisés divorciaros de vuestras mujeres; pero, al principio, no era así. Ahora os digo yo que, si uno se divorcia de su mujer -no hablo de impureza- y se casa con otra, comete adulterio.»
Los discípulos le replicaron: «Si ésa es la situación del hombre con la mujer, no trae cuenta casarse.»
Pero él les dijo: «No todos pueden con eso, sólo los que han recibido ese don. Hay eunucos que salieron así del vientre de su madre, a otros los hicieron los hombres, y hay quienes se hacen eunucos por el reino de los cielos. El que pueda con esto, que lo haga.»
Palabra del Señor


Reflexión del Evangelio de hoy



PARA REFLEXIONAR

  • El capítulo 16 de Ezequiel trata realmente de una meditación del profeta sobre la historia de Jerusalén y de su misión en el establecimiento del reinado de Dios en el mundo. Jerusalén es una ciudad cananea. Pero desde su nacimiento subsiste de milagro.
  • Jerusalén ha recorrido la historia de Canaán con toda clase de dificultades. El amor de Yahvé a Jerusalén se manifiesta como una elección personal, como un don del corazón. Se trata de una comunión total, y nada, en la vida de la ciudad, es ignorado por el amor y la gracia divina.
  • Ezequiel usa una gran alegoría, mediante la imagen del matrimonio; de una jovencita abandonada, perdida, que alguien recoge y ama. Y cuando podía esperar amor de ella, se encontró con una esposa infiel. Las relaciones con los ídolos son explicadas con la imagen de la prostitución o fornicación, en cuanto significan infidelidad hacia Dios.
  • Finalmente Ezequiel habla de la esposa perdida y hallada de nuevo, del amor cuya llama renace.
  • Es la actitud concluyente del Señor: a pesar de todo, a pesar de la infidelidad a la alianza; Dios la restablecerá por pura benevolencia y gratuidad.

***

  • Jesús en su camino a Jerusalén, terminado ya el «discurso eclesial o comunitario», da unas recomendaciones: esta vez es la tan controvertida cuestión del divorcio.
  • La pregunta no es acerca de la licitud del divorcio, que era algo admitido. Sino sobre cuál de las dos interpretaciones de la ley era más correcta: la de algunos maestros como Hillel, que multiplicaban los motivos para que el marido pudiera pedir el divorcio, no así la mujer, o la de la escuela de Shammai, que sólo lo admitía en casos extremos, por ejemplo el adulterio.
  • En la sociedad judía de la época, los varones tenían todas las ventajas, eran los propietarios de la tierra, de los bienes y de sus esposas. Podían despedirlas cuando quisieran y, muchas veces, sin causa justa. Estas mujeres quedaban entonces en la más absoluta pobreza y corrían el peligro, si no se casaban pronto, de perder toda su dignidad.
  • Con esta realidad como contexto los fariseos se acercan de nuevo a Jesús para ponerlo a prueba en el conocimiento de la ley y obtener una declaración contra la ley de Moisés.
  • Del mismo modo que lo hace con el tema del perdón, Jesús deja aparte la casuística y reafirma la indisolubilidad del matrimonio, recordándoles el proyecto de Dios: ya no son dos, sino una sola carne: así pues, que el hombre no separe lo que Dios ha unido. Y así, negando el divorcio, Jesús restablece la dignidad de la mujer, que no puede ser tratada como un objeto o desde una perspectiva interesada.
  • Esta respuesta de Jesús da un paso más allá de la ley y rescata el valor de las personas creadas por Dios y hechas a imagen suya.
  • El hombre y la mujer se dan el uno al otro, ya no son más que una sola carne, con el mismo impulso, la misma ternura de Dios cuando se da, cuando se entrega a su criatura.
  • La reacción de los discípulos evidencia las dificultades que engendra la ley de la indisolubilidad. Jesús con su respuesta evidencia que esta indisolubilidad no se fundamenta en normas humanas; es el reflejo de un don de Dios. El hombre y la mujer se dan el uno al otro por medio de Cristo, al mismo tiempo que se dan por amor. Esto es posible y sólo tiene sentido en la fe; es imposible para el hombre y la mujer abandonados a sus propias fuerzas.
  • El matrimonio, desde la perspectiva del reino, es el rostro de Cristo que entrega su vida por la Iglesia, y esto es una gracia, un don de Dios que se da en el hombre y la mujer cuando viven entre sí el amor y el perdón que Dios es el primero en testimoniarles.
  • Los discípulos protestan contra tal rigorismo: en esas condiciones, el matrimonio no es ventajoso. Jesús ante lo que acaban de decir les quiere hacer entender que la fidelidad estable vale igualmente para los que han optado por otro camino; tal como dedicarse total y absolutamente al trabajo por el reino de Dios.
  • Jesús afirma que renunciar al matrimonio no es posi­ble para todo hombre; hace falta un don especial para ello. El celibato es un don de Dios que debe estar al servicio del Reino, de lo contrario, es simplemente una soltería mal empleada.
  • Los discípulos del Señor desde la vida matrimonial o desde la vida consagrada al servicio del reino, deben ser un resplandor de la fidelidad y del amor de Dios por su pueblo.


PARA DISCERNIR

  • ¿Reconocemos en el amor fiel y generoso una manifestación del amor de Dios?
  • ¿Cuál es nuestra actitud ante las pruebas por las que tiene que pasar el amor?
  • ¿Vivimos en el interior de nuestras familias los valores de la justicia y el respeto?


REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

Tengo confianza y no temo


PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

«Ya no son dos, sino una sola carne»
Señor, Dios nuestro,
creador del universo y de todo lo que vive,
tú has hecho al hombre y a la mujer a tu semejanza (Gn 1,27),
y para asociarlos a tu obra de amor,
les has dado un corazón capaz de amar.
Tú has querido que hoy, en esta iglesia,
N. y N. unan sus vidas.
Tú quieres que ahora construyan su propio hogar,
que busquen amarse cada día más
siguiendo el ejemplo de Cristo
que amó a los hombres hasta morir en una cruz.
Bendice, protege y fortifica el amor de estos nuevos esposos:
que su amor mutuo sostenga su fidelidad;
les haga felices y les haga descubrir en Cristo
el gozo del don total a quien se ama.
Que su amor, semejante a tu amor, Señor,
sea para ellos una fuente de vida;
que les mantenga atentos a las necesidades de sus hermanos,
y que su hogar esté abierto a los otros.
Que apoyando su amor en el amor de Cristo
tomen parte activa en la construcción de un mundo más justo y fraterno
y así sean fieles a su vocación de hombres y de cristianos.
Amén.
Ritual del matrimonio: Bendición 5ª


PARA REZAR

Oración del matrimonio

Señor, nuestro Dios, te bendecimos por tomar en tu mano nuestro amor.
Ayúdanos a cumplir nuestra misión, ven a compartir nuestra vida.
Ayúdanos a formar a nuestros hijos, a ser testigos de tu amor, en nuestra familia y en la comunidad.
Danos fuerzas en los desalientos. comparte nuestras alegrías. 
Señor, bendice nuestro amor.
Amén


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