Lecturas del Martes de la 11ª semana del Tiempo Ordinario

14.06.2022

Lecturas del Martes de la 11ª semana del Tiempo Ordinario

Martes, 14 de junio de 2022

Primera lectura

Lectura del primer libro de los Reyes (21,17-29):
Después de la muerte de Nabot, el Señor dirigió la palabra a Ellas, el tesbita: «Anda, baja al encuentro de Ajab, rey de Israel, que vive en Samaria. Mira, está en la vifía de Nabot, adonde ha bajado para tomar posesión. Dile: "Así dice el Señor: '¿Has asesinado, y encima robas?' Por eso, así dice el Señor: 'En el mismo sitio donde los perros han lamido la sangre de Nabot, a ti también los perros te lamerán la sangre.»
Ajab dijo a Elías: «¿Conque me has sorprendido, enemigo mío?»
Y Elías repuso: «¡Te he sorprendido! Por haberte vendido, haciendo lo que el Señor reprueba, aquí estoy para castigarte; te dejaré sin descendencia, te exterminaré todo israelita varón, esclavo o libre. Haré con tu casa como con la de Jeroboán, hijo de Nabat, y la de Basá, hijo de Ajías, porque me has irritado y has hecho pecar a Israel. También ha hablado el Señor contra Jezabel: "Los perros la devorarán en el campo de Yezrael." A los de Ajab que mueran en poblado los devorarán los perros, y a los que mueran en descampado los devorarán las aves del cielo.»
Y es que no hubo otro que se vendiera como Ajab para hacer lo que el Sefior reprueba, empujado por su mujer Jezabel. Procedió de manera abominable, siguiendo a los ídolos, igual que hacían los amorreos, a quienes el Señor había expulsado ante los israelitas. En cuanto Ajab oyó aquellas palabras, se rasgó las vestiduras, se vistió un sayal y ayunó; se acostaba con el sayal puesto y andaba taciturno.
El Señor dirigió la palabra a Ellas, el tesbita: «¿Has visto cómo se ha humillado Ajab ante mí? Por haberse humillado ante mí, no lo castigaré mientras viva; castigaré a su familia en tiempo de su hijo.»
Palabra de Dios


Salmo del Día

Salmo 50

Misericordia, Señor: hemos pecado

Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado. 

Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad que aborreces. 

Aparta de mi pecado tu vista,
borra en mí toda culpa.
Líbrame de la sangre, oh Dios,
Dios, Salvador mío,
y cantará mi lengua tu justicia. 


Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Mateo (5,43-48):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Habéis oído que se dijo: "Amarás a tu prójimo" y aborrecerás a tu enemigo. Yo, en cambio, os digo: Amad a vuestros enemigos, y rezad por los que os persiguen. Así seréis hijos de vuestro Padre que está en el cielo, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos. Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y si saludáis sólo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto.»
Palabra del Señor


Reflexión del Evangelio



PARA REFLEXIONAR

  • Después de la maldad perpetrada por Ajab y su mujer, llega la denuncia por parte del profeta. Perseguido por Jezabel, Elías había tenido que huir, pero ahora, por orden de Dios, vuelve a la ciudad y habiendo pasado la crisis y recobradas las fuerzas se dispone a seguir profetizando.
  • La misma Palabra de Dios que pide a Elías que se retire al desierto en la soledad, es la que le pide que vaya hacia Ajab. Elías, un hombre cabal, totalmente de Dios, y totalmente entregado a su pueblo obedece sin discutir esta Palabra.
  • Valientemente echa en cara al rey que ha asesinado, robado y ha hecho «pecar a Israel» con la idolatría.
  • Le anuncia que como duro castigo de Dios, en el mismo lugar que los perros han lamido la sangre de Nabot, los perros lamerán también su sangre.
  • Al oír estas las palabras el rey, se arrepiente, reconoce su pecado se avergüenza. El castigo de Dios profetizado, ante el arrepentimiento mostrado por el endeble e inconsecuente rey, se le anuncia que sucederá en tiempo de su hijo.
  • Habiendo sido enviado para que se realice la justicia divina, Elías será ahora testigo de la misericordia. Si bien, por el evangelio sabemos que el castigo no pasa de padres a hijos, estos sufren, muchas veces, las consecuencias de nuestras sus acciones.

***

  • Jesús sigue contraponiendo la ley antigua con su nuevo estilo de vida: esta vez el tema es el amor a los enemigos. La primera consigna, "amarás a tu prójimo", estaba en el Antiguo Testamento. La segunda, «aborrecerás a tu enemigo», jamás fue precepto de Moisés, sino deducción teológica de los rabinos que «a causa de sus tradiciones habían quebrantado los mandamientos de Dios».
  • Jesús corrige esta interpretación exhortando a sus seguidores a amar también a los enemigos, o sea extiende la obligación de amar más allá de la familia, o del pueblo, o el gusto.
  • Saludar a los que nos saludan lo hacen todos. Amar a los que nos aman, es fácil, sale de dentro y lo hacen hasta los paganos. Jesús trae una propuesta de un hombre y mujer nuevos, capaces de superar las cadenas del egoísmo, la venganza y que se caracterizarán por algo «extraordinario»: saludar a los que no los saludan, amar a los enemigos, hacer el bien a los que los aborrecen.
  • Jesús pone por delante como modelo nada menos que al "Padre celestial que es perfecto". Esta perfección que presenta Jesús, no es estática sino dinámica, es plenitud. Dios es perfecto, es decir pleno en el amor. La perfección consiste en la capacidad de amar de verdad y como Jesús.
  • Jesús mostró su preferencia por los pobres, los débiles, los marginados, los enfermos, los pecadores. Amó a tal punto que entregó su vida por todos y murió perdonando a los mismos que le crucificaban. Desde la cruz de Jesús, el perdón y el amor a los enemigos es la nota característica del discípulo. Esto da a la caridad fraterna su verdadera fisonomía, que es la misericordia, la que consiste en la imitación de su amor tierno, fuerte y compasivo.
  • Amar sin esperar nada a cambio. A la hora de amar tenemos que enterrar las calculadoras. La perfección es amar sin medida. Para amar verdaderamente lo primero que tenemos que aceptar de los "otros" es eso, el que sean "otros", con su carácter, sus particularidades, sus limitaciones, sus opiniones.
  • La perfección, el amor, está en nuestras manos en medio del mundo, en medio de nuestras ocupaciones diarias, en medio de la realidad. Debemos superar la absolutización de lo que nos resulta espontáneo como norma de vida.
  • El amor hacia los enemigos es el vértice donde Jesús ha puesto todo el contenido de su proyecto, cambiando la ley antigua por una la nueva norma del amor sin límites ni restricciones. La sola voluntad no alcanza, es una obra de Dios en nosotros. Por eso, los discípulos tenemos que construir nuestra vida desde la paradoja de la oración, la compasión para poder vivir el amor y el perdón, incluso a los enemigos, como la norma central de la vida y la misión.


PARA DISCERNIR

  • ¿Cuál es el límite de mi amor?
  • ¿Pongo condiciones para el perdón?
  • ¿Cuál es mi actitud frente a los que se que no me quieren o mis enemigos?


REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

Que pueda amar a todos


PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

«Hace salir el sol sobre los malos y sobre los buenos»

Anuncia la bondad de Dios. Siendo tú indigno, te acompaña, se lo debes todo a él, y no te reclama nada. A cambio de las pequeñas cosas que tú haces, te lo recompensa dándote grandes cosas. No llames, pues, a Dios, simplemente justo, porque no es por la relación existente con las cosas que tú haces que se revele su justicia. Si David le nombra justo y recto, su Hijo nos revela que es mucho más que bueno y suave: «Es bueno con los malvados y desagradecidos».

¿Cómo puedes tú quedarte con la simple justicia de Dios al leer el capítulo sobre el salario de los trabajadores? «Amigo, no te hago ninguna injusticia. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?» (Mt 20,13-15). ¿Cómo se puede decir simplemente que Dios es justo leyendo el capítulo del hijo pródigo que malgastó en una vida disoluta la riqueza de su padre, y por la sola compunción que le mostró, su padre corrió hacia él, se le echó al cuello y le dio pleno poder sobre todas sus riquezas? (Lc 15,11ss). No es cualquiera quien nos dice esto sobre Dios y así podríamos dudar: es su propio Hijo; es él mismo quien ha dado de Dios este testimonio. ¿Dónde se encuentra, pues, la justicia de Dios? ¿No es en aquello de «cuando éramos pecadores Cristo murió por nosotros?» (Rm 5,8). Se Dios ya aquí abajo se muestra compasivo, creemos que lo será por toda la eternidad.

San Isaac el Sirio (siglo 7) monje en Nínive, cerca de Mosul, en el actual Irak Discursos ascéticos, 1ª. serie, Nº 60


PARA REZAR


ORACION PARA APRENDER A AMAR

Señor, cuando tenga hambre, dame alguien que necesite comida;
Cuando tenga sed, dame alguien que precise agua;
Cuando sienta frío, dame alguien que necesite calor.
Cuando sufra, dame alguien que necesita consuelo;
Cuando mi cruz parezca pesada, déjame compartir la cruz del otro;
Cuando me vea pobre, pon a mi lado algún necesitado.
Cuando no tenga tiempo, dame alguien que precise de mis minutos;
Cuando sufra humillación, dame ocasión para elogiar a alguien; Cuando esté desanimado, dame alguien para darle nuevos ánimos.
Cuando quiera que los otros me comprendan, dame alguien que necesite de mi comprensión;
Cuando sienta necesidad de que cuiden de mí, dame alguien a quien pueda atender;
Cuando piense en mí mismo, vuelve mi atención hacia otra persona.

Haznos dignos, Señor, de servir a nuestros hermanos;
Dales, a través de nuestras manos, no sólo el pan de cada día, también nuestro amor misericordioso, imagen del tuyo.

Madre Teresa de Calcuta M.C.

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