
Lecturas del Lunes de la XXXIV Semana del Tiempo Ordinario.

Lecturas del Lunes de la XXXIV Semana del Tiempo Ordinario.
25 Nov 2024
Primera Lectura
Lectura del libro del Apocalipsis (14,1-3.4b-5):
Yo, Juan, miré y he aquí que el Cordero estaba de pie sobre el monte Sion, y con él ciento cuarenta y cuatro mil que llevaban grabados en la frente su nombre y el nombre de su Padre. Oí también como una voz del cielo, como voz de muchas aguas y como voz de un trueno poderoso; y la voz que escuché era como de citaristas que tañían sus citaras.
Estos siguen al Cordero adondequiera que vaya. Estos fueron rescatados como primicias de los hombres para Dios y el Cordero. En su boca no se halló mentira: son intachables.
Palabra de Dios
Salmo del Día
Salmo 23
Esta es la generación que busca tu rostro, Señor.
V/. Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
él la fundó sobre los mares,
él la afianzó sobre los ríos. R/.
V/. ¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en el recinto sacro?
El hombre de manos inocentes y puro corazón,
que no confía en los ídolos. R/.
V/. Ese recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
Esta es la generación que busca al Señor,
que busca tu rostro, Dios de Jacob. R/.
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Lucas (21,1-4):
En aquel tiempo, Jesús, alzando los ojos, vio a unos ricos que echaban donativos en el tesoro del templo; vio también una viuda pobre que echaba dos monedillas, y dijo:
«En verdad os digo que esa viuda pobre ha echado más que todos, porque todos esos han contribuido a los donativos con lo que les sobra, pero ella, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir».
Palabra del Señor
Reflexión del Evangelio
Por el Padre Daniel Manzuc
Por Monseñor Munilla
PARA REFLEXIONAR
- Vuelve a aparecer la «liturgia del cielo», que vimos la semana pasada. Hoy aparece «el Cordero, de pie, sobre el monte Sión» junto con «ciento cuarenta y cuatro mil que llevan grabado en la frente el nombre del Cordero y el del Padre librando la gran batalla contra el mal». El cordero llevado al matadero, ahora es el cordero pascual, cabeza de una multitud.
- El número es simbólico: doce por doce por mil. Significa la plenitud aplicada a las doce tribus de Israel. La visión es esperanzada, el Cordero que conduce a los suyos a la victoria porque han permanecido fieles y forman el cortejo triunfal de Cristo. Ellos son las primicias de la humanidad salvada porque no se han dejado manchar por la idolatría.
- Su actitud martirial es discipular: siguen al Cordero como los Doce iban siguiendo a Jesús; aman la verdad y no han querido profesar la falsa doctrina de Satanás y unirse a la bestia; y no se han prostituido en la adoración de las imágenes idolátricas, ni han sido colaboracionistas del Imperio.
- La segunda visión hace referencia a la conducta de los idólatras, a quienes se dirige el juicio de Dios pregonado por tres ángeles. El primero anuncia el evangelio eterno. El segundo ángel esparce la noticia de la caída de Babilonia. El tercer enviado predice el castigo terrible de los adoradores de la bestia con las imágenes del fuego, del azufre y de la copa que contiene el vino de la ira de Dios.
- La bienaventuranza final anuncia que los que al morir sellan su testimonio, participan de la alegría y del reposo, eternos. Han sufrido como sufrió el Cordero. Desde ahora, pues, son glorificados con Él en el reino del Padre.
***
- Para la fiesta de Pascua acudían a Jerusalén unos 300 a 400 mil peregrinos. El Templo era para los judíos un motivo de orgullo y su grandeza dependía en gran medida de las donaciones que ellos depositaban en el arca del Tesoro.
- Pero el Templo no era sólo un lugar de culto, en él se concentraba todo el poder económico, político, militar y religioso. Si bien el espacio preponderante era el dedicado al culto, allí también estaba el sanedrín, el arca del tesoro y la guardia.
- En tiempo de la dominación romana, el templo era símbolo de la identidad del pueblo de la alianza y de la resistencia a la infiltración cultural y religiosa por parte de los romanos. Por eso, los que donaban grandes sumas de dinero al Templo, eran valorados por razones religiosas y también por razones políticas. En esta situación los pobres, los huérfanos, las viudas y los extranjeros eran una multitud no tenida en cuenta y frecuentemente despreciada.
- El episodio que narra este pasaje concluye la serie de discusiones que Jesús mantiene con las sectas judías.
- La exaltación de los pobres que aparece frecuentemente en los discursos de Jesús, le sirve para anunciar la inminencia del Reino y la transformación que acarreará la nueva vida según Dios, en las estructuras humanas.
- Jesús observa que mientras los más ricos, echaban grandes donaciones en el arca del templo una viuda pobre echó lo poco que tenía. Ella sólo posee lo que ha dado. Lo que dio era todo lo que tenía.
- La viuda era por su condición de mujer, pobre y marginada, sin embargo al depositar su ofrenda con un inmenso esfuerzo, daba todo lo que le era necesario para vivir. Se entregaba totalmente a Dios con modestia y humildad. Los ricos y poderosos ofrecían lo que tenían de sobra fruto de sus negocios.
- Jesús pensando en la nueva comunidad, aprovecha la actitud de la viuda para enseñar que a Dios no le podemos ofrecer lo que nos sobra, aquello de lo que podemos prescindir. La ofrenda es verdadera, cuando damos desde nuestra pobreza, lo que somos y tenemos. Dios no recibe cosas; cuando le entregamos algo material, le estamos entregando ante todo nuestra vida. Y se la entregamos generosamente porque sabemos que Él hará con ella lo mejor para nosotros y para nuestra comunidad.
- Jesús no se aferró a su dignidad de Hijo Único de Dios; despojándose de todo se humilló y bajó hasta nuestra miseria para enriquecernos; elevándonos así, a la dignidad de hijos en el Hijo de Dios. No nos dio de lo que le sobraba, sino que lo dio todo amándonos hasta el extremo, viviendo Él mismo, las palabras que había pronunciado: Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos.
- El Señor nos pide que por el bien de nuestros hermanos lo demos todo, porque toda nuestra vida, por la entrega generosa en la comunión, en el servicio y en el amor con Cristo, se ha de convertir en causa de salvación para todos.
PARA DISCERNIR
- ¿Qué damos nosotros: lo que nos sobra o lo que necesitamos?
- ¿Damos con sencillez o con ostentación, gratuitamente o pasando factura?
- ¿Ponemos nuestras cualidades y talentos a disposición de la comunidad, de la familia, de la sociedad, o los guardamos mezquinamente?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Quiero ser generoso Señor
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
«Ella, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir»
…" Acordémonos de esta viuda que, preocupada por los pobres, se olvida de ella misma hasta el punto de dar todo lo que le quedaba para vivir, pensando sólo en la vida futura, tal como lo atestigua el mismo Señor. Los demás habían dado de lo que les sobraba, pero ella, quizás más pobre que muchos pobres –puesto que toda su fortuna quedaba reducida a dos monedas- en su corazón era más rica que todos los ricos. Sólo dirigía su mirada hacia las riquezas de la recompensa eterna; deseosa de los tesoros celestiales, renunció a todo lo que poseía como a bienes que proceden de la tierra y a la tierra regresan (Gn 3,19). Dio lo que tenía para alcanzar lo que no veía. Dio bienes perecederos para adquirir bienes inmortales. Esta pobre mujer no se olvidó de los bienes previstos y dispuestos por el Señor para obtener la recompensa futura. Por eso el Señor, tampoco se olvidó de ella, y el juez de este mundo pronunció por adelantado su sentencia: elogia a aquella que coronará en el día del juicio"…
San Paulino de Nola (355-431), obispo – Carta 34, 2-4: PL 61, 345-346
PARA REZAR
UNA ORACION DE GENEROSIDAD
Querido Señor, enseñame a ser generoso,
enseñame a servirte como Tú mereces
a dar y no contar el costo,
a luchar y no prestar atención a la herida,
a trabajar duro y no buscar el descanso,
a trabajar y no buscar la recompensa,
excepto el saber que hago tu voluntad.
San Ignacio de Loyola