
Lecturas del Lunes de la III Semana de Adviento.

Lecturas del Lunes de la III Semana de Adviento.
16 Dic 2024
Primera Lectura
Lectura del libro de los Números (24,2-7.15-17a):
En aquellos días, Balaán, tendiendo la vista, divisó a Israel acampado por tribus. El espíritu de Dios vino sobre él, y entonó sus versos:
«Oráculo de Balaán, hijo de Beor,
oráculo del hombre de ojos perfectos;
oráculo del que escucha palabras de Dios,
que contempla visiones del Poderoso,
que cae y se le abren los ojos:
¡Qué bellas tus tiendas, oh Jacob,
y tus moradas, Israel!
Como vegas dilatadas,
como jardines junto al río,
como áloes que plantó el Señor
o cedros junto a la corriente;
el agua fluye de sus cubos,
y con el agua se multiplica su simiente.
Su rey es más alto que Agag,
y descuella su reinado».
Y entonó sus versos:
«Oráculo de Balaán, hijo de Beor,
oráculo del hombre de ojos perfectos;
oráculo del que escucha palabras de Dios
y conoce los planes del Altísimo,
que contempla visiones del Poderoso,
que cae en éxtasis, y se le abren los ojos:
Lo veo, pero no es ahora,
lo contemplo, pero no será pronto:
Avanza una estrella de Jacob,
y surge un cetro de Israel».
Palabra de Dios
Salmo del Día
Salmo 24
Señor, instrúyeme en tus sendas
V/. Señor, enséñame tus caminos,
instrúyeme en tus sendas:
haz que camine con lealtad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador. R/.
V/. Recuerda, Señor, que tu ternura
y tu misericordia son eternas;
acuérdate de mí con misericordia,
por tu bondad, Señor. R/.
V/. El Señor es bueno y es recto,
enseña el camino a los pecadores;
hace caminar a los humilles con rectitud,
enseña su camino a los humildes. R/.
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Mateo (21,23-27):
En aquel tiempo, Jesús llegó al templo y, mientras enseñaba, se le acercaron los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo para preguntarle:
«¿Con qué autoridad haces esto? ¿Quién te ha dado semejante autoridad?».
Jesús les replicó:
«Os voy a hacer yo también una pregunta; si me la contestáis, os diré yo también con qué autoridad hago esto. El bautismo de Juan ¿de dónde venía, del cielo o de los hombres?».
Ellos se pusieron a deliberar:
«Si decimos "del cielo", nos dirá: "¿Por qué no le habéis creído?". Si le decimos "de los hombres", tememos a la gente; porque todos tienen a Juan por profeta».
Y respondieron a Jesús:
«No sabemos».
Él, por su parte, les dijo:
«Pues tampoco yo os digo con qué autoridad hago esto».
Palabra del Señor
Reflexión del Evangelio
Por el Padre Daniel Manzuc
Por Monseñor Munilla
PARA REFLEXIONAR
- Esta vez es el adivino Balaán el que nos anuncia la salvación de Dios.
- El rey de Moab le encarga, por su fama de vidente, que maldiga al pueblo de Israel y sus campamentos. Pero Dios toca su corazón, y el adivino pagano se convierte en uno de los mejores profetas del futuro mesiánico. En sus poemas breves, en vez de maldecir, bendice el futuro de Israel. Anuncia la aparición de un héroe que dominará sobre todos los pueblos.
- Dios, no se deja manipular ni entra en nuestros cálculos.
- Es una profecía que en un primer momento se interpretó como cumplida en el rey David, pero que luego los mismos israelitas dirigieron a la espera del Mesías.
***
- De nuevo Jesús habla del Bautista y lo presenta como profeta enviado por Dios.
- Después de expulsar a los mercaderes del Templo, las autoridades le preguntan en público: «¿con qué autoridad haces esto?».
- Jesús, como tantas veces en el evangelio, elude elegantemente la cuestión que no era sincera. Desenmascara a los sumos sacerdotes y ancianos del pueblo. No pueden contestar que es meramente autoridad humana, porque el pueblo tiene a Juan como profeta de Dios. Pero si su autoridad -la de Juan y en el fondo, la de Jesús- viene del cielo, entonces no se lo puede ignorar, hay que aceptarlo y hacerle caso. El pueblo sí lo ha hecho, pero muchos de las clases dirigentes no.
- Los dirigentes de Israel no quieren aceptar a Juan.
- La peor ceguera es la voluntaria. Aquí se cumple una vez más lo que decía Jesús: que los que se creen sabios no saben nada, y los sencillos y humildes son los que alcanzan la verdadera sabiduría.
- El Dios del ayer es el Dios del hoy y el Dios del mañana. El que vino, el que viene, el que vendrá. Cada día, no sólo en la Eucaristía, sino a lo largo de la jornada, en esos pequeños encuentros personales y acontecimientos, sucede una continua venida de Dios a nuestra vida, si estamos despiertos y sabemos interpretar la historia.
PARA DISCERNIR
- ¿Me abro a la propuesta que la Palabra me hace cada día?
- ¿Discierno la realidad desde la meditación y la oración de la Palabra?
- ¿Dejo que Dios me sorprenda y acojo su voluntad?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Haz Señor que camine con lealtad
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
…"¿De verdad quieres convertirte? ¿Quieres ser transformado? ¿O bien mantienes fuertemente con una mano tus viejos modos, mientras con la otra suplicas a la gente que te ayude a cambiar?
La conversión es algo que no puedes regalarte a ti mismo. No es cuestión de fuerza de voluntad. Tienes que confiar en la voz interior que te muestra el camino. Conoces esa voz. Te miras en ella a menudo.
Pero después de haber oído con claridad lo que se te pide que hagas, empiezas a poner pegas y a buscar la opinión de los demás. De esa forma te ves atrapado en una incontable variedad de opiniones, sentimientos e ideas contradictorios, y pierdes el contacto con Dios que está contigo. Así terminas por depender de las personas que te has buscado para que estén a tu alrededor.
Sólo con una atención constante a la voz interior te convertirás a una nueva vida libre y gozosa"…
H. J. M. Nouwen, La voz interior del amor, Madrid, 20.
PARA REZAR
De luz nueva se viste la tierra,
porque el Sol que del cielo ha venido
en el seno feliz de la Virgen
de su carne se ha revestido.
El amor hizo nuevas cosas,
el Espíritu ha descendido
y la sombra del que es poderoso
en la Virgen su luz ha encendido.
Ya la tierra reclama su fruto
y de bodas se anuncia alegría,
el Señor que en los cielos moraba
se hizo carne en la Virgen María.
Gloria a Dios, el Señor poderoso,
a su Hijo y Espíritu Santo,
que en su gracia y su amor nos bendijo
y a su reino nos ha destinado. Amén.
Himno de Adviento