Lecturas de la Conmemoración de los fieles difuntos

02.11.2023

Lecturas de la Conmemoración de los fieles difuntos

Jueves, 2 de noviembre de 2023

Primera lectura

Lectura del libro de las Lamentaciones (3,17-26):
Me han arrancado la paz, y ni me acuerdo de la dicha; me digo: «Se me acabaron las fuerzas y mi esperanza en el Señor.» Fíjate en mi aflicción y en mi amargura, en la hiel que me envenena; no hago más que pensar en ello y estoy abatido. Pero hay algo que traigo a la memoria y me da esperanza: que la misericordia del Señor no termina y no se acaba su compasión: antes bien, se renuevan cada mañana: ¡qué grande es tu fidelidad! El Señor es mi lote, me digo, y espero en él. El Señor es bueno para los que en él esperan y lo buscan; es bueno esperar en silencio la salvación del Señor.
Palabra de Dios


Salmo del Día

Salmo 129

Desde lo hondo a ti grito, Señor

Desde lo hondo a ti grito, Señor;
Señor, escucha mi voz;
estén tus oídos atentos
a la voz de mi súplica.

Si llevas cuenta de los delitos, Señor,
¿quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón
y así infundes respeto. 

Mi alma espera en el Señor,
espera en su palabra;
mi alma aguarda al Señor,
más que el centinela la aurora. 

Aguarde Israel al Señor,
como el centinela la aurora;
porque del Señor viene la misericordia,
la redención copiosa. 

Y él redimirá a Israel
de todos sus delitos. 


Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Juan (14,1-6):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Que no tiemble vuestro corazón; creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas estancias; si no fuera así, ¿os habría dicho que voy a prepararos sitio? Cuando vaya y os prepare sitio, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo, estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino.»
Tomás le dice: «Señor, no sabemos adonde vas, ¿cómo podemos saber el camino?»
Jesús le responde: «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre sino por mí.»
Palabra del Señor


Reflexión del Evangelio

Por el Padre Daniel Manzuc


Por Monseñor Munilla



PARA DISCERNIR

  • ¿Qué sentimientos suscita en mí el pensamiento acerca de la muerte?
  • ¿Cómo ilumina la fe el dolor frente a la muerte?
  • ¿Experimento la muerte como un paso necesario o cómo una tragedia irremediable?

REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

Creo Señor en la Vida Eterna

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

Como el grano de trigo

El tronco de la vid, una vez plantado en tierra, da fruto al llegar el tiempo. Igualmente ocurre con el grano de trigo que después de caer en tierra y haber muerto en ella (Jn 12,24), resurge multiplicado por el Espíritu Santo que sostiene todas las cosas. Seguidamente, gracias al tino del viñador, viene el uso que de él hacen los hombres; después, recibiendo la Palabra de Dios, se convierte en eucaristía, es decir, en el Cuerpo y la Sangre de Cristo.

De la misma manera nuestros cuerpos, alimentados por la eucaristía, después de haber sido depositados en tierra y haberse disuelto en ella, a su tiempo resucitarán, cuando el Verbo de Dios les concederá la gracia de la resurrección «para gloria de Dios Padre» (Flp 2,11). Porque el Padre procurará la inmortalidad a lo que es mortal y la incorruptibilidad a lo que es perecedero (1Co 15,53), porque la fuerza de Dios se manifiesta en la debilidad (2Co 12,9).

En estas condiciones nos guardaremos muy mucho de enorgullecernos, de levantarnos contra Dios aceptando pensamientos ingratos, como si fuera por nuestras propias fuerzas que tenemos vida. Por el contrario, sabiendo por experiencia que es gracias a su grandeza… que tenemos el poder de vivir para siempre, no nos alejaremos del pensamiento correcto sobre Dios y sobre nosotros mismos. Sabremos qué poder posee Dios y los beneficios que recibimos de él. No nos equivocaremos sobre la concepción que hemos de tener de Dios y del hombre. Por otra parte…, si odios permite nuestra disolución en la tierra, ¿no será precisamente para que, instruidos sobre todas estas cosas, de ahora en adelante estemos más atentos a todo, no desconociendo ni a Dios ni a nosotros mismos?… Si la copa y el pan, por la Palabra de Dios, pasan a ser eucaristía, ¿cómo pretender que la carne es incapaz de recibir la Vida eterna?…

San Ireneo de Lión (hacia 130-hacia 208), obispo, teólogo y mártir, Contra las herejías, V, 2,3


PARA REZAR

Oración por los Difuntos

Dios, Nuestro Creador y Redentor,

con tu poder Cristo conquistó la muerte

y volvió a Ti glorioso.

Que todos tus hijos que nos han precedido en la fe (especialmente N…) 

participen de su victoria.

En esta vida Tú les demostraste tu gran amor;
y ahora que ya están libres de toda preocupación,
concédeles la felicidad y la paz eterna.
Su vida terrena ha terminado ya;
recíbelos ahora en el paraíso,
en donde ya no habrá dolores, ni lágrimas ni penas,
sino únicamente paz y alegría con Jesús, tu Hijo,
y con el Espíritu Santo para siempre.

Dales, Señor, el descanso eterno.
Brille para ellos la luz perpetua.
Descansen en paz.
Amén.


María, Madre de Dios, y Madre de misericordia,

ruega por nosotros y por todos los que han muerto

en el regazo del Señor.
Amén.


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