Lecturas de hoy Viernes de la 32ª semana del Tiempo Ordinario
Lecturas de hoy Viernes de la 32ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, viernes, 11 de noviembre de 2022
Primera lectura
Lectura de la segunda carta del apóstol san Juan (4-9):
Señora elegida: Me alegré mucho al enterarme de que tus hijos caminan en la verdad, según el mandamiento que el Padre nos dio. Ahora tengo algo que pedirte, señora. No pienses que escribo para mandar algo nuevo, sino sólo para recordaros el mandamiento que tenemos desde el principio, amarnos unos a otros. Y amar significa seguir los mandamientos de Dios. Como oísteis desde el principio, éste es el mandamiento que debe regir vuestra conducta. Es que han salido en el mundo muchos embusteros, que no reconocen que Jesucristo vino en la carne. El que diga eso es el embustero y el anticristo. Estad en guardia, para que recibáis el pleno salario y no perdáis vuestro trabajo. Todo el que se propasa y no permanece en la doctrina de Cristo no posee a Dios; quien permanece en la doctrina posee al Padre y al Hijo.
Palabra de Dios
Salmo del Día
Dichoso el que camina en la voluntad del Señor
Dichoso el que, con vida intachable,
camina en la voluntad del Señor.
Dichoso el que, guardando sus preceptos,
lo busca de todo corazón.
Te busco de todo corazón,
no consientas que me desvíe de tus mandamientos.
En mi corazón escondo tus consignas,
así no pecaré contra ti.
Haz bien a tu siervo: viviré
y cumpliré tus palabras.
Ábreme los ojos, y contemplaré
las maravillas de tu voluntad.
Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (17,26-37):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Como sucedió en los días de Noé, así será también en los días del Hijo del hombre: comían, bebían y se casaban, hasta el día que Noé entró en el arca; entonces llegó el diluvio y acabó con todos. Lo mismo sucedió en tiempos de Lot: comían, bebían, compraban, vendían, sembraban, construían; pero el día que Lot salió de Sodoma, llovió fuego y azufre del cielo y acabó con todos. Así sucederá el día que se manifieste el Hijo del hombre. Aquel día, si uno está en la azotea y tiene sus cosas en casa, que no baje por ellas; si uno está en el campo, que no vuelva. Acordaos de la mujer de Lot. El que pretenda guardarse su vida la perderá; y el que la pierda la recobrará. Os digo esto: aquella noche estarán dos en una cama: a uno se lo llevarán y al otro lo dejarán; estarán dos moliendo juntas: a una se la llevarán y a la otra la dejarán.»
Ellos le preguntaron: «¿Dónde, Señor?»
Él contestó: «Donde se reúnen los buitres, allí está el cuerpo.»
Palabra del Señor
Reflexión del Evangelio de hoy
PARA REFLEXIONAR
- Tres cartas se le atribuyen a san Juan. El autor se presenta como «el anciano», o también «el presbítero», título que describe la autoridad o el papel de responsabilidad respecto a la comunidad.
- La de hoy, va dirigida a Electa. Resulta difícil saber si se refiere a una señora cristiana o a una comunidad del Asia Menor. De cualquier modo las consignas que presenta son muy claras: la caridad y la verdad.
- Desde los primeros escritos del Nuevo Testamento, las cartas de los Apóstoles, muestran que la Iglesia, desde el comienzo, ha enfrentado movimientos peligrosos para la fe auténtica.
- Después de una breve exposición acerca del mandamiento del amor, la carta, advierte acerca de muchos seductores que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne mortal. Se pone en juego la verdad de la «encarnación» de Dios. Algunos grupos formados por gente altamente «espiritual», siguiendo a algunos filósofos griegos, desprecian la «materia» y la «carne», y encuentran chocante la encarnación de Dios.
- A la luz de la primera carta de Juan, se entiende la dureza del rechazo de los seductores, si tenemos en cuenta la unión que se hace entre el mandamiento del amor y la confesión de la fe: «el que se mantiene en la enseñanza posee al Padre y al Hijo». Mantenerse en la enseñanza es amar con un amor que viene de Dios. Creer y amar están íntimamente entrelazados. Esta carta pone de manifiesto hasta qué punto fe y amor están íntimamente unidos también para nosotros.
***
- Si ayer nos anunciaba Jesús que el Reino es imprevisible, hoy refuerza su afirmación comparando su venida a la del diluvio en tiempos de Noé y al castigo de Sodoma en los de Lot.
- El juicio se desvela en forma de sorpresa. El diluvio sorprendió a la mayoría de las personas muy entretenidas en sus comidas y fiestas. El fuego que cayó sobre Sodoma, encontró a sus habitantes muy ocupados en sus proyectos. Hoy los hombres seguimos ocupados en lo que creemos, son las grandes cosas de la vida.
- Lo cotidiano de una existencia con estas preocupaciones nos absorbe, no se llega a ver nada más allá de todo esto; de tal forma que se olvida la dimensión de profundidad de la vida. Dios nos llama y quiere convertirnos a la auténtica verdad de nuestra vida. Ante esta llamada pueden darse dos tipos diferentes de fracaso: el de aquéllos que están demasiado ocupados en sus cosas y simplemente prefieren no escuchar, como los habitantes de Sodoma; o el de aquéllos que escuchando la llamada sienten la nostalgia del mundo que dejan, retornando hacia lo antiguo como la mujer de Lot.
- La venida del reino establece en el mundo sus propias fronteras. Los judíos suponían que la salvación se inclinaría hacia los hombres de su pueblo y mientras tanto los gentiles sufrirían la condena. La palabra de Jesús destruye esa confianza. Salvación y condena responden a la hondura radical de cada vida. Aunque duerman marido y mujer en una misma cama, el juicio pasará precisamente por el medio de los dos, separando la actitud y la verdad de cada esposo. Lo mismo sucede con los empleados que trabajan en el campo; o con las mujeres que muelen en el cuarto más profundo de la casa: aparentemente han compartido unos valores y unos fallos; pues bien, el juicio los espera; en la hondura de su vida son distintos. La venida y el encuentro con Jesús dividen nuestra vida en un «antes» y en un «ahora». No podemos seguir a Jesús en la novedad de la vida del reino y vivir como antes.
- Dios no se ocupa de apariencias. Lo que realmente importa es la actitud, la decisión fundamental, aquella hondura en que se deciden los valores y las opciones fundamentales de la vida.
- «Donde está el cadáver se reunirán los buitres». Con esta expresión que corresponde a un antiguo refrán popular, que significa «en todas partes», Jesús responde a la pregunta acerca de el «dónde» del juicio.
- Jesús nos invita a tomarnos en serio lo único que tenemos: la vida. Y en la vida, este momento presente, del que disponemos ahora. Si la pretendemos guardar egoístamente para nosotros se nos escapa. Sólo compartiéndola con los hermanos podremos disfrutarla y gozarla en plenitud. Compartiendo «los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de las personas de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren». Gaudium et Spes, 1
PARA DISCERNIR
• ¿Cómo vivo el presente?
• ¿Vivo una sana tensión hacia el futuro?
• ¿Qué actitudes revelan el valor que define mi vida?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
El amor consiste en vivir según sus mandamientos
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
La vida es una oportunidad, tómala
La vida es belleza, admírala.
La vida es bienaventuranza, saboréala.
La vida es un sueño, conviértela en una realidad.
La vida es un desafío, afróntalo.
La vida es un deber, cúmplelo.
La vida es un juego, juégalo.
La vida es preciosa, cuídala.
La vida es una riqueza, consérvala.
La vida es amor, gózalo.
La vida es un misterio, descúbrelo.
La vida es promesa, cúmplela.
La vida es tristeza, supérala.
La vida es un himno, cántalo.
La vida es una lucha, combátela.
La vida es una aventura, córrela.
La vida es felicidad, merécela.
La vida es la vida, defiéndela.
Madre Teresa de Calcuta.
PARA REZAR