
Lecturas de hoy Martes de la 9ª semana del Tiempo Ordinario

Lecturas de hoy Martes de la 9ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, martes, 6 de junio de 2023
Primera lectura
Lectura del libro de Tobías (2,9-14):
Yo, Tobías, la noche de Pentecostés, cuando hube enterrado el cadáver, después del baño fui al patio y me tumbé junto a la tapia, con la cara destapada porque hacía calor; yo no sabía que en la tapia, encima de mí, había un nido de gorriones; su excremento caliente me cayó en los ojos, y se me formaron nubes. Fui a los médicos a que me curaran; pero cuanto más ungüentos me daban, más vista perdía, hasta que me quedé completamente ciego. Estuve sin vista cuatro años. Todos mis parientes se apenaron por mi desgracia, y Ajicar me cuidó dos años, hasta que marchó a Elimaida. En aquella situación, mi mujer Ana se puso hacer labores para ganar dinero. Los clientes le daban el importe cuando les llevaba la labor terminada. El siete de marzo, al acabar una pieza y mandársela a los clientes, éstos le dieron el importe íntegro y le regalaron un cabrito para que lo trajese a casa. Cuando llegó, el cabrito empezó a balar.
Yo llamé a mi mujer y le dije: «¿De dónde viene ese cabrito? ¿No será robado? Devuélveselo al dueño, que no podemos comer nada robado.»
Ana me respondió: «Me lo han dado de propina, además de la paga.»
Pero yo no la creía y, abochornado por su acción, insistí en que se lo devolviera al dueño.
Entonces me replicó: «¿Y dónde están tus limosnas? ¿Dónde están tus obras de caridad? ¡Ya ves lo que te pasa!»
Palabra de Dios
Salmo del Día
Salmo 111
El corazón del justo está firme en el Señor
Dichoso el que teme al Señor
y ama de corazón sus mandatos.
Su linaje será poderoso en la tierra,
la descendencia del justo será bendita.
No temerá la malas noticias,
su corazón está firme en el Señor.
Su corazón está seguro, sin temor,
hasta que vea derrotados a sus enemigos.
Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Marcos (12,13-17):
En aquel tiempo, enviaron a Jesús unos fariseos y partidarios de Herodes, para cazarlo con una pregunta.
Se acercaron y le dijeron: «Maestro, sabemos que eres sincero y que no te importa de nadie; porque no te fijas en lo que la gente sea, sino que enseñas el camino de Dios sinceramente. ¿Es lícito pagar impuesto al César o no? ¿Pagamos o no pagamos?»
Jesús, viendo su hipocresía, les replicó: «¿Por qué intentáis cogerme? Traedme un denario, que lo vea.»
Se lo trajeron.
Y él les preguntó: «¿De quién es esta cara y esta inscripción?»
Le contestaron: «Del César.»
Les replicó: «Lo que es del César pagádselo al César, y lo que es de Dios a Dios.»
Se quedaron admirados.
Palabra del Señor
Reflexión del Evangelio de hoy
Por el Padre Daniel Manzuc
Por Monseñor Munilla
PARA REFLEXIONAR
- Sigue la historia de Tobías padre, el que, a pesar de ser una buena persona sufre una prueba muy dura. Tobías, fatigado después de su trabajo, volvió a su casa, se recostó contra una tapia y se durmió. Mientras dormía, del nido de unas golondrinas cayó excremento caliente sobre sus ojos.
- Por este accidente tonto queda ciego. Tobías fue siempre temeroso de Dios, por lo mismo no le reprochó su ceguera, sino que perseveró inquebrantablemente en el temor de Dios, glorificándolo todos los días de su vida a pesar de que sus parientes se burlan de él y de que su mujer, Ana, también pierde la paciencia y tiene un trato duro con su marido.
- El autor, quiere dejar claro que los justos, no son artificialmente preservados de la desgracia. Dios, no interviene constantemente en las leyes del universo para hacer excepciones. Este absurdo accidente, sugiere que no hay que hacer a Dios responsable de muchas «pruebas», que nos llegan como ésta, fruto de la conjunción de circunstancias ordinarias y ridículas.
- La fidelidad a Dios se pone a prueba en este tipo de acontecimientos, que por desgracia, provienen simplemente de la condición humana, más que en las grandes catástrofes apocalípticas.
- El autor quiere también afirmar que el mal puede a veces resultar un bien. Aunque Dios no haya querido ese accidente, lo ha «permitido» para que creciera la fe de Tobías. Creer en Dios, es creer que Dios no puede querer el mal: el que ama, sólo quiere el bien para los que ama.
- Al temer que el cabrito que balaba en su casa fuera fruto de un robo, muestra que su fidelidad no es tan sólo meritoria respecto a Dios, sino que tiene la misma delicadeza de conciencia respecto a los hombres. Ambas van de la mano.
***
- El Imperio Romano con toda su fuerza y sin piedad venía ahogando al pueblo con sus crudas políticas de economía, generando esclavitud y servidumbre. Durante muchos años este imperio había vivido de los pueblos más pobres y tenía al pueblo judío pisoteado con la bota en el cuello. Hacía muchos años existía en medio de la población, un descontento desde las clases populares, y por todos los medios se buscaba la forma de liberarse del yugo imperial, y decretar un tiempo de libertad y de vida para toda la población.
- Este descontento era mayor con la clase dirigente y poderosa de la población, que se había aliado y convertido en vasallo del Imperio, vendiendo al pueblo por puestos de poder, o por cantidades de dinero que le servían para vivir bien.
- En este contexto se le acercan a Jesús los fariseos y herodianos, para ponerlo a prueba, tenderle una trampa, aunque la apariencia sea la de preguntar con sinceridad, para pedirle claridad frente a lo político y lo económico.
- El asunto de los impuestos pagados a Roma era espinoso, porque venían a ser como el símbolo y el recordatorio de la potencia ocupante. Los zelotes prohibían a sus seguidores pagarlo, mientras que los fariseos, opuestos a ello en principio, se acomodaban a la práctica, y los herodianos adulaban al poder establecido. Si Jesús decía que había que pagarlos, se enemistaba con el pueblo; si decía que no, podían acusarlo de revolucionario.
- Los judíos tenían la tendencia a confundir lo político con lo religioso. La espera mesiánica, identificaba también la salvación espiritual con la política o la económica. Jesús tuvo que salir de la trampa y corregirlos, llevándolos a la concepción mesiánica que Él tenía.
- Les pide una moneda y la examina: la efigie del emperador romano, se encontraba en la moneda y, ellos tienen que admitir que tanto la efigie como la leyenda, indican que la moneda pertenece al César.
- La clave de la respuesta se encuentra en las palabras conclusivas de Jesús. «Den al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios». Si la moneda del tributo es del César, devuélvansela a él, porque a él le pertenece, pero no reconozcan al César como divinidad porque ésta solamente compete a Dios.
- La moneda tiene la imagen del César, pero las personas hemos sido creadas «a imagen de Dios»: la efigie de Dios es más importante que la del emperador. Jesús no niega lo humano, «den al César»; pero lo relativiza, «den a Dios». Jesús reconoce la autonomía del estado, pero al mismo tiempo proclama su límite: el ser humano pertenece solamente a Dios. Jesús reconoce al poder civil su legítima autonomía. Dios no es, ni una alternativa al César, ni su rival. Dios está en otro plano muy diverso del emperador romano. Dios es el Señor de la historia y el Señor de todo ser humano, creado a imagen suya.
- Las cosas humanas tienen su esfera, su legitimidad. Los problemas técnicos piden soluciones desde la técnica. Las cosas de Dios tienen su propia esfera y esta es prioritaria. No es bueno confundir los dos niveles ni contraponerlos. No es bueno ni servirse de lo religioso para los intereses políticos, ni de lo político para los religiosos. No se trata de sacralizar todo a cualquier precio, ni tampoco de olvidar los valores éticos y cristianos, en aras de un supuesto progreso realizado al margen del plan de Dios.
- Nosotros podemos caer en la misma trampa de la moneda; dejándonos contagiar insensiblemente por el mundo, dando más importancia de la debida al bienestar material y ubicándolo por encima del espiritual. Un cristiano debe ser: por una parte, ciudadano pleno, comprometido en los varios niveles de la vida humana y social, pero también un hombre de fe en cuya escala de valores, sobre todo en casos de conflicto, da preeminencia a «las cosas de Dios».
PARA DISCERNIR
- ¿Qué lugar le damos a las cosas humanas y materiales dentro de nuestra vida?
- ¿Qué lugar le damos a las propuestas de Dios?
- ¿Vivimos separadamente nuestra vida humana y las cosas de Dios o las podemos integrar dentro de un único proyecto?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Quiero glorificarte Señor
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
En Cristo, Dios nos hace pasar de ser su imagen a ser sus semejantes
…Hombre, ¿por qué te desprecias de tal manera siendo así que eres tan precioso a los ojos de Dios? ¿Por qué te deshonras hasta tal punto, siendo así que Dios te honra a través del nacimiento de Cristo en nuestra carne? ¿Por qué buscas con tanto empeño cómo has sido hecho y no buscas con qué finalidad has sido hecho? ¿Acaso toda esta morada del mundo que tú contemplas no ha sido hecha para ti? Es por ti que la luz se expande y disipa las tinieblas, es por ti que la noche tiene sus reglas, por ti que el día tiene sus medidas; es por ti que el cielo irradia los diversos esplendores del sol, de la luna y de las estrellas; por ti que la tierra está esmaltada de flores, árboles y frutos; por ti que ha sido creada esta multitud impresionante de animales en el aire, en los campos, el agua tan bella para que una lúgubre soledad no malogre el gozo de un mundo nuevo…
Además, el Creador busca qué es lo que puede añadir a tu dignidad: pone en ti su imagen (Gn 1,27), a fin de que esta imagen visible haga presente en la tierra al Creador invisible, y te confía la gerencia de los bienes terrestres, para que no se le escape al representante del Señor un tan amplio dominio … Y lo que Dios ha hecho en ti por su poder, ha tenido la bondad de asumirlo él mismo; ha querido manifestarse verdaderamente en el hombre en quien, hasta entonces, no se había hecho presente más que en imagen. Ha dado al hombre poder ser en realidad lo que hasta entonces había sido tan sólo una simple semejanza. Cristo, pues, nace para devolver toda su integridad a la naturaleza caída…
Comentario del Evangelio por San Pedro Crisólogo (hacia 406-450), obispo de Rabean, doctor de la Iglesia – Sermón 148, Sobre el misterio de la Encarnación
PARA REZAR
Lo que hace falta pedir
Señor, ayúdame a decir la verdad delante de los fuertes
y a no decir mentiras para ganarme el aplauso de los débiles.
Si me das fortuna, no me quites la felicidad.
Si me das fuerza, no me quites la razón.
Si me das éxito, no me quites la humildad.
Si me das humildad, no me quites la dignidad.
Ayúdame siempre a ver el otro lado de la medalla.
No me dejes inculpar de traición a los demás
por no pensar como yo.
Enséñame a querer a la gente como a mi mismo
Y a juzgarme como a los demás.
No me dejes caer en el orgullo si triunfo.
Ni en la desesperación si fracaso.
Más bien recuérdame que el fracaso es la experiencia
que precede al triunfo.
Enséñame que perdonar es lo más grande del fuerte
Y que la venganza es la señal primitiva del débil.
Si me quitas la fortuna, déjame la esperanza.
Si me quitas el éxito, déjame la fuerza para triunfar del fracaso.
Si yo faltara a la gente, dame valor para disculparme.
Si la gente faltara conmigo, dame valor para perdonar.
Señor, si yo me olvido de Ti, no te olvides de mí.