Lecturas de hoy Lunes de la 23ª semana del Tiempo Ordinario

06.09.2021

Lecturas de hoy Lunes de la 23ª semana del Tiempo Ordinario

Hoy, lunes, 6 de septiembre de 2021

Primera lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses (1,24-2,3):
Ahora me alegro de sufrir por vosotros: así completo en mi carne los dolores de Cristo, sufriendo por su cuerpo que es la Iglesia, de la cual Dios me ha nombrado ministro, asignándome la tarea de anunciaros a vosotros su mensaje completo: el misterio que Dios ha tenido escondido desde siglos y generaciones y que ahora ha revelado a sus santos. A éstos Dios ha querido dar a conocer la gloria y riqueza que este misterio encierra para los gentiles: es decir, que Cristo es para vosotros la esperanza de la gloria. Nosotros anunciamos a ese Cristo; amonestamos a todos, enseñamos a todos, con todos los recursos de la sabiduría, para que todos lleguen a la madurez en su vida en Cristo: ésta es mi tarea, en la que lucho denonadamente con la fuerza poderosa que él me da. Quiero que tengáis noticia del empeñado combate que sostengo por vosotros y los de Laodicea, y por todos los que no me conocen personalmente. Busco que tengan ánimos y estén compactos en el amor mutuo, para conseguir la plena convicción que da el comprender, y que capten el misterio de Dios. Este misterio es Cristo, en quien están encerrados todos los tesoros del saber y el conocer.
Palabra de Dios


Salmo del Día


Salmo 61

De Dios viene mi salvación y mi gloria

Descansa sólo en Dios, alma mía,
porque él es mi esperanza;
sólo él es mi roca y mi salvación,
mi alcázar: no vacilaré.

Pueblo suyo, confiad en él,
desahogad ante él vuestro corazón,
que Dios es nuestro refugio. 


Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Lucas (6,6-11):
Un sábado, entró Jesús en la sinagoga a enseñar. Había allí un hombre que tenía parálisis en el brazo derecho. Los escribas y los fariseos estaban al acecho para ver si curaba en sábado, y encontrar de qué acusarlo.
Pero él, sabiendo lo que pensaban, dijo al hombre del brazo paralítico: «Levántate y ponte ahí en medio.» Él se levantó y se quedó en pie.
Jesús les dijo: «Os voy a hacer una pregunta: ¿Qué está permitido en sábado, hacer el bien o el mal, salvar a uno o dejarlo morir?»
Y, echando en torno una mirada a todos, le dijo al hombre: «Extiende el brazo.»
Él lo hizo, y su brazo quedó restablecido. Ellos se pusieron furiosos y discutían qué había que hacer con Jesús.
Palabra del Señor


Reflexión del Evangelio de hoy


PARA REFLEXIONAR

  • Pablo contempla a Jesús crucificado y se ve continuando la gran obra de Jesús, la redención.
  • Dios ha nombrado a Pablo ministro y anunciador del "misterio que ha tenido escondido desde siglos y que ahora ha revelado a su pueblo". El "misterio", en el lenguaje de san Pablo es el «proyecto de Dios», del cual dice Pablo que estaba escondido hasta ahora y ya no lo está.
  • Este misterio es la salvación en Cristo. La Alianza reservada hasta entonces a los hijos de Israel se extiende a los paganos. Y esta nueva alianza se resume en una palabra: «Cristo en medio de ustedes».
  • Pablo quiere "que Cristo sea la esperanza de la gloria" para todos los hombres. Para cumplir este ministerio, Pablo está dispuesto a soportarlo todo, sus propios sufrimientos, lejos de desalentarlo, lo hacen encontrar de nuevo a Cristo y estar en comunión con su misterio. Habla del "duro combate" que libra en las varias comunidades amonestando a todos, enseñando a todos, para que todos lleguen a la madurez en su vida cristiana.
  • Acepta este sufrimiento evangelizador, para completar en su carne los dolores de Cristo, sufriendo por su cuerpo que es la Iglesia.

***

  • La observancia del sábado estaba ordenada por la ley de Dios, y constituía una característica por la que el judío se distinguía del mundo pagano. Jesús tiene el atrevimiento y la libertad de poner en tela de juicio, no la ley, sino la manera de obedecerla.
  • Había en la sinagoga un hombre postrado por la enfermedad, marginado socialmente porque su mano derecha paralizada le impedía desempeñarse laboralmente, y era un defecto que lo convertía en un ser impuro. La mano paralizada simboliza al hombre que se encuentra imposibilitado de dar y recibir. La curación del hombre que recobra el uso de su mano derecha, transforma para este hombre el sábado, en un día de gracia.
  • Jesús sanando, salva lo que de muerto había en ese hombre enfermo, y le restablece su dignidad. Esto es un claro signo del amor de Dios Padre para con sus hijos. Para Jesús, la enfermedad, el pecado y las carencias humanas no le restan dignidad al ser humano; por eso primero, le pide que se levante, que se ponga en pie, que recupere su valor.
  • El sábado es día en que se goza de la obra de la creación, día de glorificación de Dios. La idea que Jesús tiene de Dios, es muy distinta a la que tienen los fariseos. El Dios de Jesús es el Dios de la misericordia, el Dios que se acerca a los hombres; el Dios de los escribas y fariseos es el inaccesible, que está sencillamente por encima de los hombres.
  • Los escribas y los fariseos estaban al acecho para ver si curaba en sábado y encontrar de qué acusarlo. Jesús conocía sus pensamientos y muestra el sentido liberador de la ley, en contraposición al modo hipócrita y opresor desde el que ellos la vivían y la enseñaban a vivir.
  • Toda ley debe presentarse ante nosotros como luz, como educadora para el ejercicio de la libertad, con mayor razón la ley evangélica nos debe llevar a reconocer el primado de Dios, en todas nuestras decisiones.
  • La nueva ley, tal como Cristo nos la presentó, es la del amor que se pone por obra, y no la de un descanso que "inactiva", incluso, para hacer el bien al hermano necesitado.
  • Como Iglesia tenemos la vocación de abrir a la esperanza, dar cumplimiento a la palabra, anunciarla y, anunciándola, hacerla eficaz.
  • Esta misión, tal como la realiza Dios desde el origen por su Palabra creadora, tal como fue vivida por Jesús no consiste en encontrar la salvación por el cumplimiento de unos ritos, y la adhesión a un sistema de pensamiento; sino situarnos en el corazón de toda realidad, para recrear toda palabra, todo pensamiento, acción, amor y cultura desde las raíces, con la fuerza de la Buena Noticia, para que sean salvadas y salvadoras según el proyecto de Dios.


PARA DISCERNIR

  • ¿Qué es lo que prima en mi obrar en la fe?
  • ¿Qué signos manifiestan la novedad del Evangelio?
  • ¿En qué condiciona mi conducta la presencia de la ley?


REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

Quiero escuchar tu voz Señor e imitarte


PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

«Los escribas y fariseos le espiaban...con el fin de encontrar un motivo para acusarlo»


...El Señor dirá a los que han menospreciado su misericordia: «Hombre, soy yo quien con mis manos te he formado del barro, soy yo quien con mi aliento he puesto el espíritu en tu cuerpo de tierra, soy yo quien se ha dignado darte nuestra imagen y semejanza, soy yo quien te ha puesto en el centro de las delicias del Paraíso. Pero tú, menospreciando los mandamientos de vida, has preferido seguir al seductor antes que al Señor...

«Luego, cuando has sido expulsado del Paraíso y, por el pecado, retenido por las ataduras de la muerte, conmovido por la misericordia, para venir al mundo he entrado en un seno virginal, sin perjuicio de su virginidad. He sido recostado en un pesebre, envuelto en pañales; he soportado las dificultades de la infancia y los sufrimientos humanos, a través de los cuales me he hecho semejante a ti con la única finalidad de hacerte semejante a mí. He soportado las bofetadas y salivazos de los que se burlaban de mí, he bebido vinagre mezclado con hiel. Azotado con varas, coronado de espinas, clavado en la cruz, traspasado por la lanza, en medio de los tormentos he entregado mi alma para arrancarte a ti de la muerte. Puedes ver las señales de los clavos de los que he sido suspendido; puedes ver mi costado traspasado lleno de heridas. He soportado los sufrimientos que eran para tí a fin de poder darte mi gloria; he sufrido tu muerte para que tú vivas por toda la eternidad. He descansado, encerrado en el sepulcro, para que tú puedas reinar en el cielo.

«¿Por qué has perdido lo que he sufrido por ti? ¿Por qué has renunciado a las gracias de tu redención ?... Devuélveme tu vida, por la que he dado la mía; devuélveme tu vida que, sin cesar, has destruido por las heridas de tus pecados.»

San Cesareo de Arles - Sermones al pueblo, Nº 57,4


PARA REZAR

Entre los más pobres

Este es tu escabel, y tus pies se posan aquí,
entre los más pobres, los ínfimos y los abandonados.
Cuando trato de inclinarme ante ti, mi gesto no alcanza
la profundidad en la que se posan tus pies
entre los más pobres, los ínfimos y los abandonados.
La soberbia no puede acercarse a donde tú caminas,
vestido como los humildes,
entre los más pobres, los ínfimos y los abandonados.
Mi corazón nunca podrá hallar el camino
hasta donde tú estás acompañando
a los que no tienen compañía,
entre los más pobres, los ínfimos y los abandonados.

R. Tagore

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