Lecturas de hoy Lunes de la 12ª semana del Tiempo Ordinario

20.06.2022

Lecturas de hoy Lunes de la 12ª semana del Tiempo Ordinario

Hoy, lunes, 20 de junio de 2022

Primera lectura

Lectura del segundo libro de los Reyes (17,5-8.13-15a.18):
En aquellos días, Salmanasar, rey de Asiria, invadió el país y asedió a Samaria durante tres años. El año noveno de Oseas, el rey de Asiria conquistó Samaria, deportó a los israelitas a Asiria y los instaló en Jalaj, junto al Jabor, río de Gozán, y en las poblaciones de Media. Eso sucedió porque, sirviendo a otros dioses, los israelitas habían pecado contra el Señor, su Dios, que los había sacado de Egipto, del poder del Faraón, rey de Egipto; procedieron según las costumbres de las naciones que el Señor había expulsado ante ellos y que introdujeron los reyes nombrados por ellos mismos.
El Señor había advertido a Israel y Judá por medio de los profetas y videntes: «Volveos de vuestro mal camino, guardad mis mandatos y preceptos, siguiendo la ley que di a vuestros padres, que les comuniqué por medio de mis siervos, los profetas.»
Pero no hicieron caso, sino que se pusieron tercos, como sus padres, que no confiaron en el Señor, su Dios. Rechazaron sus mandatos y el pacto que había hecho el Señor con sus padres, y las advertencias que les hizo. El Señor se irritó tanto contra Israel que los arrojó de su presencia. Sólo quedó la tribu de Judá.
Palabra de Dios


Salmo del Día

Salmo 59

Escucha Señor la oración de tu Pueblo

Oh Dios, nos rechazaste
y rompiste nuestras filas;
estabas airado,
pero restáuranos. 

Has sacudido y agrietado el país:
repara sus grietas, que se desmorona.
Hiciste sufrir un desastre a tu pueblo,
dándole a beber un vino de vértigo. 

Tú, oh Dios, nos has rechazado
y no sales ya con nuestras tropas.
Auxílianos contra el enemigo,
que la ayuda del hombre es inútil.
Con Dios haremos proezas,
él pisoteará a nuestros enemigos. 



Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Mateo (7,1-5):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No juzguéis y no os juzgarán; porque os van a juzgar como juzguéis vosotros, y la medida que uséis, la usarán con vosotros. ¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: "Déjame que te saque la mota del ojo", teniendo una viga en el tuyo? Hipócrita; sácate primero la viga del ojo; entonces verás claro y podrás sacar la mota del ojo de tu hermano.»
Palabra del Señor


Reflexión del Evangelio de hoy



PARA REFLEXIONAR

  • Los textos que comenzamos a leer esta semana en la primera lectura son un trozo de historia conocido por la Biblia y también por las crónicas victoriosas de los reyes de Asiria, de Babilonia y de Persia.
  • Tras la muerte de Eliseo los reinos del Norte y del Sur conocieron una sucesión de crecientes dificultades que culminaron con la deportación. La historia del reino de Israel, llega a un final sin retorno con la destrucción de Samaría y la deportación de sus habitantes a Babilonia. El escritor sagrado, se detiene a reflexionar largamente sobre este hecho, por la importancia que tiene en la historia de la alianza de Dios con su pueblo.
  • La alianza es un hecho bilateral: a la infidelidad del pueblo no puede dejar de corresponder el rechazo de Dios. Dios, que había liberado a Israel de Egipto, ordenaba a su pueblo que no adorara otros dioses como lo hacían los otros pueblos. Esta alianza estaba confirmada con promesas de felicidad y con advertencias de aflicción. Sin embargo, abandonaron la religión verdadera, adoraron a dioses falsos, no hicieron ningún caso de los profetas que Dios les enviaba y procedieron según las costumbres de los paganos.
  • El Libro de los Reyes interpreta lo que está viviendo el pueblo, como castigo de Dios. Dios ha sido fiel a su Alianza, pero el reino de Samaria ha caminado hacia la ruina. La idolatría al convertir al pueblo en adorador de caricaturas de Dios, abría el camino a todo tipo de egoísmos y opresiones, que hacían del pueblo algo penoso a los ojos de Dios y de los hombres.
  • Esto les pasa a los pueblos, cuando se dejan llevar por la corrupción y las ambiciones injustas. Y a las comunidades cristianas, cuando renuncian a mantenerse fieles a sus ideales. Y a las personas, cuando eligen el camino de lo superficial.

***

  • ...Si cuando vemos los pecados de los hermanos pensamos en los nuestros, no nos pasará, como dice el Evangelio, que con una viga en el ojo queramos sacar la brizna del ojo de nuestro hermano... (San Agustín).
  • El Sermón de la Montaña, ha sido una invitación a vivir los valores del Reino, para que sean inspiradores del comportamiento del discípulo del Señor que debe reflejar con "buenas obras" el rostro amoroso del Padre celestial.
  • El juicio es esencial en la vida cotidiana y en la relación con el prójimo porque nos ayuda a evaluar, a discernir, a buscar caminos.
  • Jesús cuando habla del juicio en este pasaje, se está refiriendo al juicio que se realiza no desde la búsqueda del bien y la verdad, sino al juicio condenatorio. El juicio "venenoso".
  • Siempre resulta más sencillo detectar los defectos en los demás que reconocer los propios errores y limitaciones. Habitualmente tendemos a justificarnos o a culpar a los demás. Esto sucede en el ámbito de lo personal, de lo social e institucional. Con calumnias, murmuraciones e injurias se quita crédito a personas, grupos u organizaciones con mucha facilidad.
  • Jesús dice que con el juicio con que juzguemos seremos juzgados. Nuestros juicios sobre los otros no quedan sin efecto: "cuando condenamos a los otros, nos condenamos a nosotros mismos." Lo que hagamos con los otros, lo hacemos con Dios; de esta forma indicamos la manera como queremos ser tratados por Él.
  • Esto no significa cerrar los ojos frente a los errores o debilidades de los otros, lo que se nos pide es una mirada de misericordia, sabiendo que también nosotros necesitamos de la comprensión del prójimo y de Dios.


PARA DISCERNIR

  • ¿Qué medida uso para juzgar a los demás?
  • ¿Qué tiene que ver Dios con los defectos de los otros?
  • ¿Qué defectos de los otros me ponen particularmente nervioso?
  • ¿De cuáles de mis fallas personales tengo poca cuenta?


REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

Dios nos medirá con la medida con que hayamos medido


PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

..." ¿Podemos liberarnos de la necesidad de juzgar a los otros? Sí, podemos hacerlo afirmando para nosotros mismos esta verdad: somos los hijos e hijas amados de Dios. Mientras continuemos viviendo como si fuéramos lo que hacemos, lo que tenemos y lo que los otros piensan de nosotros, seguiremos estando llenos de juicios, de opiniones, de valoraciones y de condenas. Seguiremos prisioneros de la necesidad de poner a las personas y las cosas en su «justo» lugar. En la medida en que abracemos la verdad de que nuestra identidad no está arraigada en nuestro éxito, en nuestro poder o en nuestra popularidad, sino en el amor infinito de Dios, en esa misma medida podremos liberarnos de nuestra necesidad de juzgar [...]. Sólo cuando afirmemos el amor de Dios, el amor que trasciende todo juicio, podremos superar todo temor al juicio. Cuando hayamos conseguido liberarnos por completo de la necesidad de juzgar a los otros, entonces conseguiremos liberarnos también por completo del miedo a ser juzgados.

La experiencia del no deber juzgar no puede coexistir con el miedo a ser juzgados; tampoco la experiencia del amor de un Dios que no juzga puede coexistir con la necesidad de juzgar a los demás. Eso es lo que entiende Jesús cuando dice: «No juzguéis y no seréis juzgados». El nexo entre las dos partes de esta frase es el mismo nexo que existe entre el amor a Dios y el amor al prójimo. No se pueden separar. Ese nexo no es, sin embargo, un simple nexo lógico que podamos argumentar. Es antes que nada y sobre todo un nexo del corazón que establecemos en la oración"...

H. J. M. Nouwen, Aquí y ahora: viviendo en el espíritu, San Pablo, Madrid 1998.


PARA REZAR

Oración por los pecadores

"Oh Dios de gran misericordia, que te dignaste enviarnos a tu Hijo Unigénito como el mayor testimonio de tu insondable amor y misericordia, Tú no rechazas a los pecadores sino que también a ellos has abierto el tesoro de tu infinita misericordia, del que pueden recoger en abundancia tanto la justificación como toda santidad a la que un alma puede llegar. Padre de gran misericordia, deseo que todos los corazones se dirijan con confianza a tu infinita misericordia. Nadie podrá justificarse ante ti si no va acompañado por la insondable misericordia tuya. Cuando nos reveles el misterio de tu misericordia, la eternidad no bastará para agradecerte por ella debidamente". (1122).

Santa Faustina Kowalska


Calendario