Lecturas de hoy Domingo 25º del Tiempo Ordinario
Lecturas de hoy Domingo 25º del Tiempo Ordinario - Ciclo B
Hoy, domingo, 19 de septiembre de 2021
Primera lectura
Lectura del libro de la Sabiduría (2,12.17-20):
Se dijeron los impíos: «Acechemos al justo, que nos resulta incómodo: se opone a nuestras acciones, nos echa en cara nuestros pecados, nos reprende nuestra educación errada; veamos si sus palabras son verdaderas, comprobando el desenlace de su vida. Si es el justo hijo de Dios, lo auxiliará y lo librará del poder de sus enemigos; lo someteremos a la prueba de la afrenta y la tortura, para comprobar su moderación y apreciar su paciencia; lo condenaremos a muerte ignominiosa, pues dice que hay quien se ocupa de él.»
Palabra de Dios
Salmo del Día
El Señor sostiene mi vida
Oh Dios, sálvame por tu nombre,
sal por mí con tu poder.
Oh Dios, escucha mi súplica,
atiende a mis palabras.
Porque unos insolentes se alzan contra mí,
y hombres violentos me persiguen a muerte,
sin tener presente a Dios.
Pero Dios es mi auxilio,
el Señor sostiene mi vida.
Te ofreceré un sacrificio voluntario,
dando gracias a tu nombre, que es bueno.
Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol Santiago (3,16-4,3):
Donde hay envidias y rivalidades, hay desorden y toda clase de males. La sabiduría que viene de arriba ante todo es pura y, además, es amante de la paz, comprensiva, dócil, llena de misericordia y buenas obras, constante, sincera. Los que procuran la paz están sembrando la paz, y su fruto es la justicia. ¿De dónde proceden las guerras y las contiendas entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, que luchan en vuestros miembros? Codiciáis y no tenéis; matáis, ardéis en envidia y no alcanzáis nada; os combatís y os hacéis la guerra. No tenéis, porque no pedís. Pedís y no recibís, porque pedís mal, para dar satisfacción a vuestras pasiones.
Palabra de Dios
Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Marcos (9,30-37):
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se marcharon de la montaña y atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos. Les decía: «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán; y, después de muerto, a los tres días resucitará.» Pero no entendían aquello, y les daba miedo preguntarle.
Llegaron a Cafarnaún, y, una vez en casa, les preguntó: «¿De qué discutíais por el camino?»
Ellos no contestaron, pues por el camino habían discutido quién era el más importante. Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo: «Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos.»
Y, acercando a un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: «El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge a mí; y el que me acoge a mí no me acoge a mí, sino al que me ha enviado.»
Palabra del Señor
Reflexión del Evangelio de hoy
PARA REFLEXIONAR
- El libro de la Sabiduría nos relata lo que piensan los hombres injustos y necios sobre aquel que en su vida vive la justicia. Este es un estorbo, molesta a las acciones pecaminosas de los impíos y por eso lo quieren quebrar, quieren que desista de su manera de pensar y vivir.
- El salmo 53 es la contestación del justo a la situación de conflicto que se ha desatado sobre él. Pide a Dios intervenga y lo libre de las acciones de esos hombres malvados y violentos, necios, que no tienen temor de Dios. Es así que la cruz asumida con paciencia y serenidad, puesta en las manos de Dios, hace que ese hombre dolorido por las injusticias se confíe enteramente a Dios, a su Poder, a su Ternura, a su Amor. De alguna manera es una forma de reparar el Pecado de la Humanidad, el Pecado de nuestros primeros padres, que en vez de recurrir a Dios, a su Creador y Padre, prefirieron ningunearlo y desobedecerlo. Es lo que hace Jesús en su Vida, en su Pasión, en su Muerte y Resurrección, reparar la ofensa a Dios cometida por el Hombre.
- En el Evangelio Jesús enseña a sus discípulos que para ser grande uno debe ser el servidor de todos. Es un resumen en definitiva de la Vida de Jesús. Ahora bien, ese servicio debe estar en relación con la Voluntad de Dios. Nadie puede dar lo que no tiene. De alguna manera ese servicio que Jesús le pide a su amigo, es fruto del descubrimiento del servicio que Jesús le ha hecho. De la misma manera que Jesús se entregó por mí, yo debo también entregarme por el hermano que está a mi lado. Esa entrega involucra toda la vida de mi hermano, toda su necesidad. Va desde algo material, hasta lo espiritual. Involucra a todo el Hombre. Ante esta realidad, todo hombre es un necesitado, porque todo hombre necesita de Dios. Hoy podemos ver que hay hombres que necesitan abrigo, comida, trabajo, techo, pero quizás no vemos tan fácilmente que también necesitan conocer y amar más a Dios. Jesús nos pide que trabajemos por las dos cosas. De nada sirve cuidar la vida del cuerpo, mientras la vida del alma está muerta. Y tampoco sirve tratar de cuidar la vida del alma, cuando la vida del cuerpo no puede comprender y participar porque carece de fuerzas. El Hombre es una unidad, cuerpo y alma. Jesús quiere que sirvamos a todo el Hombre.
PARA DISCERNIR
- ¿Mi vida esta dirigida a servir construyendo el Bien Común?
- ¿Vivo para mi o vivo al servicio de los demás?
- ¿El servicio que doy está basado en lo que Jesús quiere?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Jesús que viva para servir
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
Os rogamos, hermanos, que tengáis consideración a los que trabajan en
medio de vosotros, y os dirigen en el Señor y os amonestan; y que los estiméis
muchísimo en caridad, a causa de su obra. Y entre vosotros mismos vivid en paz. También os exhortamos, hermanos, a que amonestéis a los desordenados, que
alentéis a los pusilánimes, que sostengáis a los débiles, y que seáis sufridos para
con todos. Ved que nadie vuelva al otro mal por mal; antes bien, seguid
haciendo en todo tiempo lo bueno el uno para con el otro y para con todos. Gozaos siempre. Orad sin cesar. En todo dad gracias, pues
que tal es la voluntad de Dios en Cristo Jesús en orden a vosotros. No
apaguéis el Espíritu. No menospreciéis las profecías. Examinadlo todo y quedaos con lo bueno. Absteneos de toda clase de
mal. El mismo Dios de la paz os santifique plenamente; y vuestro
espíritu, vuestra alma y vuestro cuerpo sean conservados sin mancha para la
Parusía de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es El que os llama, y Él
también lo hará. Hermanos, orad por nosotros. Saludad a todos los hermanos
en ósculo santo. Os conjuro por el Señor que sea leída esta epístola a
todos los hermanos. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con
vosotros.
1° Carta a los Tesalonicenses 5, 12-28
PARA REZAR