"La lechera" al poder. (por lo eclesiástico; y por la Virgen)
"La lechera" al poder. (por lo eclesiástico; y por la Virgen)
José Luis Aberasturi
Acudo a "La lechera" y sus cuentas, que son cuentos, como una denuncia de aquel eslogan que se puso de moda por los años 68 del siglo pasado: "imaginación al poder". Una imaginación que, por estar más cerca del delirium tremens, nos ha traído exactamente la reproducción fiel de cómo acaba lo de La lechera: todo por los suelos, y sin posibilidad de recogerlo y recomponerlo.
También se podría acudir, para intentar explicar lo que está pasando en la Iglesia Católica y en la casi totalidad de sus Instituciones, a aquello tan socorrido de que "no hay peor sordo que el que no quiere oír"; a lo que se le puede añadir, sin forzar la máquina: "no hay peor ciego que el que no quiere ver". En ambos casos, se acaba estrellado, necesariamente: como el cántaro y su contenido.
Refranes o sentencias populares que llevan a su terreno la denuncia-condena que sirve Jesús en su Evangelio: Teniendo ojos no veis, y teniendo oídos no oís; y teniendo entendimiento no entendéis.
Es lo que se lleva desde hace ya bastantes años en la Iglesia Católica. Y, muy en concreto, en la que está instalada en España. Y me explico.
Las "explicaciones" que se dan desde la inmensa mayoría de sus Instituciones, para "justificar" su rotundo, palpable, clamoroso y consciente FRACASO -en unas más que en otras, pero en todas ellas con la misma deriva-, van desde aquello de "somos menos, pero somos mejores", que no es sino la expresión REAL de su monumental descamino: "somos menos"... ¡porque somos PEORES! Que, si fueran mejores, otro gallo les cantaría.
Hasta lo penúltimo que se ha manifestado públicamente del "proceso de simplificación de estructuras"; otro canto "triunfal" que no es sino otra forma de manifestar el declive -y no solo vocacional- de las mismas.
Por cierto, y por si no han caído en la cuenta: este era uno de los gritos de la "protesta" clerical tras el CV II, con el que los representantes de la progrez eclesial se erigían en "los nuevos profetas de los nuevos tiempos para la nueva iglesita": ¡había que cambiar las estructuras de la Iglesia Católica, sí o sí! ¡Echarlas abajo, a como diese lugar...!, pues era lo que estaba impidiendo el ¿progreso? de la Iglesia de la manita del mundo mundial hasta su total... ¡DERROTA!: la Iglesia Jerárquica e Institucional, ¡¡¡fuera!!!
Y así le ha ido a la Iglesia: DESAPARECIDA en naciones enteras... y no precisamente "en combate", sino -y precisamente- por darle la espalda al Enemigo, rehuir la lucha, y echarse a sus pies: reos de lesa traición.
Por el camino se pueden encontrar otras expresiones para justificar lo injustificable. Mejor dicho: lo que sí tiene una justificación exacta, tras el reconocimiento de su contumaz desvarío: desandar el camino recorrido en esos mismos últimos años: que son los que han traído estas cosas.
Porque mientras vayamos a cargar el mochuelo al ambiente, a las familias, a los colegios, a las parroquias, al egoismo del personal... y NO al desastre interno de esas Instituciones, no se pondrá remedio jamás; pues, al no reconocer su deriva, no se querrá poner tal remedio, necesario y urgente ya.
Por contra, el roto se hará más y más grande, como no puede ser de otra manera. Y como se está viendo cada día, donde las tonterías están a la orden del día, incluso en las Instituciones que eran más serias, hasta no hace mucho. Se empieza por tontear con "las ideologías de género" -por poner un poner-, y se llega, presos en esas redes diabólicas, a lo que se está llegando. Para acabar como se está acabando.
Mientras nos entretengamos en "simplificar/complicar estructuras" sin abordar la necesaria "REGENERACIÓN de la Vida en el Espíritu", volviendo a los Padres Fundadores/as, seguiremos en la deriva actual, que es ir hacia la NADA.
En tanto nos dediquemos -la CEE, por ejemplo- a juntarnos con otros líderes religiosos para "mostrar nuestro compromiso con el cambio climático", dando la espalda a lo que debería quitarnos todo el sueño, por ponernos a rezar día y noche para la recristianización de España, "no daremos pie con bola".
Mientras nos "emocionemos" con las cruces en el mar, y no tengamos ni un solo sentimiento para Cristo Crucificado por nuestros pecados egoístas, nos estaremos comportandos como extraños con Cristo.
Mientras afirmemos que lo que nos une es "la humanidad", y no digamos ni una palabra sobre Dios y su Enviado Jesucristo, ni siquiera por descuido -no sea que nos llamen proselitistas-, no levantaremos cabeza, pues viviremos postrados y lejos de Dios.
Mientras nuestra conciencia se entretenga y enrede con "la casa común", y no reconozca y busque al que la ha hecho..., nos habremos convertido en ciegos, mudos, sordos e irracionales por cuenta propia.
Por contra, y por si a alguien todo esto le parecen exageradas ocurrencias mías, he encontrado, en los "Dictados de Jesús a Marga", esta DENUNCIA.
Habla la Virgen: "Ese era mi Plan: suscitar Comunidades fieles a mi Espíritu, que pudieran aglutinar en torno a sí, para ayudar, a cuanta más gente mejor en los días del Desastre, de la Gran Tribulación.
En espera de esos días, muchos -de entre esas Comunidades y Comunidades, en pleno- me han sido infieles y han desertado de su misión y de su Carisma. Aún así, no me importó a la hora de suscitarlas, y quise suscitarlas.
Yo ya he hecho todo. Todo lo que me quedaba por hacer". (13-03-2012).
Y continúa dos días después, poniendo, maternalmente, el dedo en la llaga:
"Os encontráis en los días predichos. En los que el demonio entrará en Comunidades, atacando principalmente, pues son sus víctimas predilectas, a los de los primeros puestos. El Demonio toma a las personas relevantes de esas Comunidades. Si esas personas se dejan llevar por la tentación, acarrean un mal inmenso". (15-03-2012).
Un inciso: en mi opinión personal, la palabra 'COMUNIDADES' está dicha en sentido normal y corriente, no en sentido teológico-institucional; pues parece obvio no se refiere únicamente a las "comunidades religiosas".
No sé qué se puede comentar después de escuchar a la Virgen. Sinceramente, no lo sé. Pero me da que nos ha dado tema de meditación seria, profunda, prolongada y muy, muy sobrenatural, si es que queremos rectificar y salvarnos de la quiebra, y de la quema.
Habrá, por tanto, que meterse ahí, por/en los Caminos del Espíritu; que NUNCA serán, porque no lo pueden ser, los caminos del MUNDO; que, de siempre, son y se convierten en los enemigos del hombre que quiere vivir como hijo de Dios: "concupiscencia de la carne, concupiscencia de los ojos y soberbia de la vida".
¿Qué remedios nos pone Jesús entre las manos? El Único y Necesario Remedio: La Verdadera Devoción a su Sagrado Corazón. Vuelvo a los Dictados, fuente de Verdad divina. Habla ahora el Señor:
"Prometo aquí, desde el Calvario, que quien se adentre en mis escritos, le daré la comprensión genuina de la Devoción al Corazón de Jesús, tal y como el Hijo lo ha querido revelar. Y es revelado a los pequeños. (...)
A los soberbios: les daré pequeñez.
Alos ricos: pobreza.
A los inmisericrodes: compasión y entrañas maternales con todos.
A los fríos con Dios: Pasión de enamorado con su Persona.
Todo eso prometo. ¿Y quieres más? Pues todavía daré más:
Perseverancia final, avance continuo hacia la santidad durante toda su vida.
Comprensión del sufrimiento y de la Cruz. Aceptación por Amor. Y conseguiré que se les hagan pequeños todos los sufrimientos. Por Amor.
Esperanza y alegría cierta en sus penas y dicha y gozo por todos sus días en la tierra. Para gozar más de Mí en el Cielo.
Prometo que, las almas que abrazaren esta Devoción, tendrán un Cielo especial, un lugar de gozo magnífico dentro del Corazón de Dios.
Prometo a las almas que abrazaren y leyeren todos estos escritos, no se perderá ninguno de sus seres queridos.
Las Comunidades que la vivan, serán presa de un favor especial y renovado.
Las familias tendrán mi paz.
Los pecadores, correrán arrepentidos a echarse bajo mis pies.
Sus vidas serán eminentemente eucarísticas.
Les haré eucaristía para sus hermanos. Y eucaristía para Mí" (T. II, pp. 547-548. 9-12-2011).
Y remacha, un poco más adelante:
"Son los tiempos del Espíritu Santo. Donde Yo lo derramo, desde mi Corazón, con profusión.
Si no lo sentís orando en vosotros, es porque no lo recibís. Si no lo recibís, es porque no tenéis el corazón abierto para recibirlo. (...).
Este es un tiempo donde abunda el pecado, y sin embargo, donde abunda la Gracia [Cfr. Rm 5, 20]. Por eso Yo derramo, con más profusión que nunca, el Espíritu Santo en vosotros.
No depende, su envío a vuestras almas, de vuestra pureza. Viene a través de una Virgen, porque Ella os ama y me lo arranca. Me lo arranca de mi Corazón. Con efusión, salen Torrentes de Vida Nueva y Gracia desde la Herida de mi Corazón hacia las manos de una Madre, para derramarse en vosotros. Y cuanto más pecadores os veo, y cuanto más me necesitáis, me prodigo en vosotros. (...)
No es el pecado el que le cierra las puertas, es la falta de Confianza. La falta de Confianza en mi Misericordia" (Ibid, pp. 549-550).
¡Es que copiaría todos los Libros!
Pero así es como se regenerarán la Fe, la Jerarquía, la Iglesia, las almas todas: buscando al Señor, con hambre y con sed, hambrientos y sedientos de Él en su Eucaristía, dejándonos llevar por el Espíritu Santo, acudiendo a la Virgen Santísima como hijos pequeños desamparados y perdidos.
Y sin querer abrevarnos en charcas inmudas, envenenadas por las concupiscencias, por el olvido de Dios, y por el apacentarse a sí mismos... condenando a las ovejas.
¿Acaso hacen falta más cosas -monstruosas todas-, para convencernos de que vamos fatal, de que hemos errado el camino, que vamos derechos al despeñadero..., y que hemos de rectificar?
Con la certeza, además, de que el tiempo se nos acaba. Escuchad, nuevamente, a la Virgen:
"¡Ah, pobre Iglesia de España! Al final, ¿sabes?, ni se afanan por salir del bache. Piensan ya que no merece la pena sacarla de este bache de increencias. Piensan que, para subsistir, solo les queda hacerse uno con el mundo moderno. La única manera de ganar adeptos, de conquistar almas.
¡Pobre Iglesia! ¡Pobre Iglesia de España! Pasaste de ser la Joven Reina Rica, a ser la pobre vieja harapienta. ¡Lo siento! Lo siento Yo más que tú, (siento) el decirlo, más que tú el oírlo.
¿Y no haréis caso a esto? [Este Mensaje]. Mirad que esto se os da ya como última cuerda.
¿No oís en ello la Voz de Jesús, que más que el Pastor, se ha convertido en Oveja que bala llamando a su dueño para que venga?
¿Cómo no hacer caso a esta Canción de Amor de Mi Oveja? 'Como Oveja llevada al matadero. Como Oveja ante los que la trasquilan. No abría la boca' [Cfr. Is 53, 7; Hch 8, 32]. (...)
¿Y no le querréis hacer caso? ¿A qué Voz entonces ya haréis caso? (...)
De todas las maneras posibles, de todas las formas posibles, me he manifestado. Esta es mi última forma (...). La ultima para España. Son los últimos. Para la conversión de España. (...)
¡No os importa su condenación! ¡Ya nadie [Pocos] lucha por su Conversión! ¿Vais a dejar morir a vuestra Madre? ¿Nadie querrá reanimarla?" (T. II, pp. 645-646. 26-4-2012).
Aquí lo dejo ya, pues no acabaría. Y que cada uno saque sus propias consecuencias. Y actúe.
Extraído de Infocatólica.com
José Luis Aberasturi, sacerdote, filólogo, filósofo y teólogo-moralista.
He trabajado prácticamente siempre en la enseñanza, primero como profesor, y luego como sacerdote en la capellanía. Publiqué, "Educar la conciencia", dirigido específicamente a padres, educadores y catequistas con niños pequeños, para ayudarles a que se implicasen en la educación moral de los mismos; está casi agotada la 3ª edición.