La Iglesia sigue las noticias como si fuera la nueva Revelación

24.07.2022

Por Redaccioninfovaticana | 24 julio, 2022

Son las noticias, la actualidad, lo que la historia nos dice que es la nueva Revelación. Con la Iglesia del papa Francisco se cumplen las «profecías» de Hegel, Martini y Sartre: la existencia precede a la esencia y la reseña de prensa es la nueva oración de la mañana. Migraciones, globalismo, ecologismo, transiciones, agenda de la ONU, modelo chino, planificación familiar, abolición de la propiedad privada, homosexualismo. No hay ningún tema de actualidad en el que la Iglesia mantenga hoy una posición firme y antitética a la del mundo, de resistencia y oposición.

El filósofo alemán Hegel predijo que la oración matutina del hombre moderno sería leer el periódico. Las noticias, la actualidad, lo que nos dice la historia será el nuevo Apocalipsis y la oración consistirá en tomar nota de ello. El cardenal Martini dijo que la Iglesia llega con 200 años de retraso. ¿Retraso respecto a qué? Retraso con respecto a las noticias, a la actualidad, a lo que la historia nos dice que será la nueva Revelación de la que la Iglesia aún no ha tomado nota. Francisco parece haberse encargado de acortar o incluso anular este retraso, con el riesgo de que la Iglesia confunda la crónica, la actualidad, lo que nos cuenta la historia con la Revelación y la oración signifique tomar nota de ello.

Todos los días Francisco concede una entrevista a algún periódico. Habla de las noticias, de la actualidad, de lo que nos dice la historia. No juzga sino a la luz de alguna opinión, también vinculada a la crónica. No juzga a la luz de una doctrina alejada de la crónica, toma nota de lo que ocurre, plantea preguntas, tira unas cuantas piedras al estanque, contando con que la crónica le dé unas cuantas sacudidas y haga surgir lo nuevo.

La expresión del cardenal Martini, que se ha convertido en la agenda de Francisco, sugiere que el mundo en su historia es quien dice lo que es verdad, y que la Iglesia debe apresurarse a seguirlo. La crónica, la actualidad, lo que nos cuenta la historia es la nueva Revelación.

Para el cardenal, uno de los problemas del retraso de la Iglesia era la moral sexual. Y, de hecho, la Iglesia de Francisco se apresura a recuperar el terreno perdido. La Academia Pontificia de Ciencias Sociales se abre a la anticoncepción y a la fecundación homóloga [AQUÍ y AQUÍ] y algunas agencias preanuncian una próxima encíclica del papa sobre el tema. Seguramente Francisco cambiará la enseñanza tradicional sobre el tema -inútil engañarse- y la razón será una sola: las noticias, la actualidad, lo que nos dice la historia es diferente y debemos tomar nota; las laudes matutinas son la reseña de prensa. Como hoy en día muy pocos ponen en práctica las enseñanzas de la Humanae vitae y -se dice- incluso las parejas católicas usan anticonceptivos... entonces la Iglesia debe cambiar su enseñanza. Es la eficacia la que dicta la ley.

Después de todo, ¿cuál fue la razón del cambio de doctrina sobre la pena de muerte? El hecho de que sociológicamente la sensibilidad general sobre el tema haya cambiado. ¿Y cuál fue la razón para cambiar la propuesta católica sobre el adulterio como lo hizo Amoris laetitia, sino lo mismo, es decir, que la opinión actual y la práctica generalizada son ahora muy diferentes?

Quisiera invitar al lector de estas líneas a que me señale un tema de actualidad en el que la Iglesia de Francisco mantenga una posición firme y antitética a la del mundo, una posición de resistencia y oposición. ¿Las migraciones? ¿El globalismo? ¿El ecologismo? ¿Las transiciones? ¿La agenda de la ONU? ¿El modelo chino? ¿La planificación familiar? ¿La abolición de la propiedad privada sustituida por el reparto globalista? ¿El homosexualismo? Incluso el transhumanismo está siendo absuelto, por ahora por las principales revistas teológicas, mañana incluso más arriba en la jerarquía eclesiástica.

El aborto, que debería ser el primer tema de lucha con el mundo, es ahora ampliamente tolerado y un compromiso público contra él por parte de la Iglesia es juzgado como ideológico y no pastoral. La Iglesia se limita a «tomar nota» de una sentencia que impide que un niño sea licuado o extraído en pedazos del vientre de su madre, o incluso que se le extraiga el cuerpo mientras su cabeza aún permanece dentro, y entonces el médico lo mata haciendo una incisión en la médula espinal.

El proyecto de Martini actualmente en marcha se basa en el principio de que la existencia precede a la esencia. Este principio está implícito en la previsión de la oración matutina como lectura del periódico, ya que sería la noticia -es decir, la existencia- la que nos diría lo que debemos pensar y lo que debemos hacer. Sin embargo, fue Jean Paul Sartre quien lo dijo más claramente: la existencia precede a la esencia. También la Iglesia tiene una esencia, inmutable, fundada por Cristo y sostenida en su indefectibilidad por el Espíritu Santo, y luego tiene una existencia en la crónica, en la actualidad, en la historia.

Es la primera, la esencia, la que debe orientar a la segunda y no al revés. De su esencia derivan la misión y la pastoral de la Iglesia y no al revés. Lo que la Iglesia enseña debe derivar de su esencia y misión y no de las noticias, la actualidad y lo que dice la historia. Si la anticoncepción, o el adulterio, o la homosexualidad, o el aborto... son contrarios al bien natural y sobrenatural, la Iglesia debe seguir diciéndolo, en coherencia con su esencia y misión, aunque las estadísticas demoscópicas sobre el comportamiento real de las personas digan lo contrario.

Este es el mayor problema de la Iglesia hoy en día. Si se olvida la esencia, la existencia ya no está iluminada por ninguna luz. Se impondrá por una eficacia ciega, y la vida de la Iglesia solo será «tiempo», que en su robo se lleva todo consigo.

Publicado por Stefano Fontana en la Nuova Bussola Quotidiana

Traducido por Verbum Caro para InfoVaticana

Extraído de Infocatólica.com