Lecturas de hoy Sábado de la 31ª semana del Tiempo Ordinario

06.11.2021

Lecturas de hoy Sábado de la 31ª semana del Tiempo Ordinario

Hoy, sábado, 6 de noviembre de 2021

Primera lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (16,3-9.16.22-27):
Saludos a Prisca y Aquila, colaboradores míos en la obra de Cristo Jesús; por salvar mi vida expusieron su cabeza, y no soy yo sólo quien les está agradecido, también todas las Iglesias del mundo pagano. Saludad a la Iglesia que reúne en su casa. Saludos a mi querido Epéneto, el primero convertido de Cristo en Asia. Saludos a María, que ha trabajado mucho por vosotros. Saludos a Andrónico y Junia, mis parientes y compañeros de prisión, ilustres entre los apóstoles, que llegaron a Cristo antes que yo. Saludos a Ampliato, mi amigo en el Señor. Saludos a Urbano, colaborador mío en la obra de Cristo y a mi querido Estaquis. Saludaos unos a otros con el beso santo. Todas las iglesias de Cristo os saludan. Yo, Tercio, que escribo la carta, os mando un saludo cristiano. Os saluda Gayo, que me hospeda, y toda esta Iglesia. Os saluda Erasto, tesorero de la ciudad, y nuestro hermano Cuarto. Al que puede fortaleceros según el Evangelio que yo proclamo, predicando a Cristo Jesús -revelación del misterio mantenido en secreto durante siglos eternos y manifestado ahora en la Sagrada Escritura, dado a conocer por decreto del Dios eterno, para traer a todas las naciones a la obediencia de la fe-, al Dios, único Sabio, por Jesucristo, la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Palabra de Dios


Salmo del Día

Salmo 144

Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi Rey

Día tras día te bendeciré
y alabaré tu nombre por siempre jamás.
Grande es el Señor, y merece toda alabanza,
es incalculable su grandeza. 

Una generación pondera tus obras a la otra,
y le cuenta sus hazañas;
alaban ellos la gloria de tu majestad,
y yo repito tus maravillas. 

Que todas las criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles;
que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas. 


Evangelio de hoy

Lectura del santo Evangelio según san Lucas (16,9-15):
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Ganaos amigos con el dinero injusto, para que cuando os falte, os reciban en las moradas eternas. El que es de fiar en lo menudo, también en lo importante es de fiar; el que no es honrado en lo menudo, tampoco en lo importante es honrado. Si no fuisteis de fiar en el vil dinero, ¿quién os confiará lo que vale de veras? Si no fuisteis de fiar en lo ajeno, ¿lo vuestro quién os lo dará? Ningún siervo puede servir a dos amos: porque o bien aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero».
Oyeron esto unos fariseos, amigos del dinero, y se burlaban de él.
Jesús les dijo: «Vosotros presumís de observantes delante de la gente, pero Dios os conoce por dentro. La arrogancia con los hombres, Dios la detesta.»
Palabra del Señor



Reflexión del Evangelio de hoy


PARA REFLEXIONAR

  • Como en cada final de carta, Pablo saluda a unas personas cuyos nombres cita pero que en su mayoría son desconocidos. Eran cristianos colaboradores de Pablo de los primeros tiempos. Roma, como gran metrópoli, vivía el continuo paso de personas de todo el Imperio. Pablo conocía sin duda a algunos cristianos que se habían trasladado allí e incluso algunos romanos.
  • Aquilas y Prisca son un matrimonio cristiano que reúnen en su casa a un grupo de otros cristianos para celebrar la eucaristía. Y los cristianos que están con Pablo se unen a él para firmar la carta.
  • La carta termina con un grito de admiración frente al misterio de Cristo como clave de la historia y del destino de todo hombre.
  • La palabra «misterio» en san Pablo evoca «el proyecto de Dios que se revela poco a poco a través de la historia».
  • Pero no se revelará plenamente hasta el mundo futuro. El «designio» de Dios es constituir una humanidad reconciliada con Dios y consigo misma. El final de la historia humana es una humanidad «que ama», unida a Dios y en la que están unidos los unos a los otros.
  • La fe permite al hombre comulgar con este proyecto de Dios, corresponder a él y participar de él.
  • Este proyecto es el fruto de la «sabiduría» de Dios. El, el sabio por excelencia, ¡el único sabio!
  • En las recomendaciones finales Pablo exhorta a los cristianos a ser «listos para lo bueno y simples para lo malo», es decir: prudentes en la sencillez y sencillos en la prudencia, con palabras similares a las de Jesús cuando recomienda a sus discípulos que sean «prudentes como serpientes y sencillos como palomas».

***

  • Para ilustrar la diferencia entre los discípulos auténticos y los fariseos Lucas opone, al administrador deseoso de darle a cada uno su ración, y al fariseo, que es amigo del dinero y de los honores, y que, sobre todo, se hace dueño de la Ley. Los fariseos con su modo de ser legalista se distanciaron completamente del verdadero Dios, del Dios vivo de la justicia y lo suplantaron por una ley escrita. El servicio que Dios quiere en verdad, fue suplantado por el servicio a la codicia y al provecho personal. Por eso, no comprenden la invitación dirigida a los pobres y a los pecadores a participar de la vida Reino, y el gozo de éstos al poder participar.
  • Para Jesús sólo cabe una actitud en el hombre que ha recibido el amor gratuito de Dios: imitar esa gratuidad. Almacenar esa gracia para provecho personal, como el hombre rico que llena sus graneros, conduce a la muerte. El verdadero discípulo es aquel que «administra» esta gracia en provecho de todos los hombres y, de ese modo, se comporta como un administrador digno de confianza.
  • El que almacena sirve a Mamón, el Dios del dinero; el verdadero discípulo sirve a Dios. El Dios del dinero a quienes le rinden culto les hace creer que tienen todo asegurado en esta vida. Los convierte, muchas veces, en tiranos de sus hermanos y manipuladores de la realidad.
  • El Dios de la vida por el contrario, muestra cómo el camino para la realización del ser humano pasa por la libertad de conciencia, la solidaridad con los hermanos y la búsqueda del bien común. El Reino de Dios se construye en la acogida, en el perdón, en la fraternidad, en la responsabilidad mutua; la ambición por el dinero nos encierra celosamente en nuestros tesoros.
  • El uso de los bienes y del dinero es algo ineludible, pero con él se pueden hacer infinidad de cosas nobles y positivas, a lo cual llama Jesús «hacer amigos», es decir, administrar los bienes y el dinero con justicia, con equidad; no utilizarlo en el propio provecho, para sembrar injusticia, dolor y muerte.
  • Los bienes de la tierra, han sido ofrecidos en vistas a establecer la comunión entre todos los hombres. El dinero debe servir para hacernos amigos, y eso puede realizarse solamente, si somos capaces de compartirlo con los demás.
  • El dinero está a nuestro servicio, no nosotros al suyo. Darle al dinero su valor de mero intercambio y trabajar por un mundo construido sobre la base de la solidaridad, no sobre el acaparamiento, el dominio y la usura, es la consigna de vida para el discípulo.


PARA DISCERNIR

  • ¿Qué lugar le damos al dinero en nuestra vida?
  • ¿Qué bienes ocupan el primer lugar en nuestra escala de valores?
  • ¿Hemos claudicado ante algún valor por el dinero?


REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

Hazme un administrador fiel Señor


PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

«Ganaos amigos con el dinero injusto»

...«Abraham estaba sentado a la puerta de la tienda en el momento en que el calor del día era más fuerte» (Gn 18,1). Cuando los demás estaban descansando, él aguardaba la venida de eventuales huéspedes. Con ello mereció que Dios, en la encina de Mambré, llegara hasta él que buscaba tan ansiosamente ejercer la hospitalidad...

Sí, es cosa buena la hospitalidad, y tiene su particular recompensa: atrae pronto la gratitud de los hombres; recibe también - lo cual es más importante- una paga de parte de Dios. En esta tierra de exilio todos somos huéspedes pasajeros. Por un tiempo nos alojamos bajo un techo; pronto será necesario desalojarlo. ¡Estemos atentos! Si hemos sido duros o negligentes en acoger a los extranjeros, una vez acabado el curso de esta vida, los santos podrán, a su vez, rechazarnos y no acogernos. «Ganaos amigos con el dinero injusto, dice el Señor en el Evangelio, a fin de ser recibidos en las moradas eternas»...

Por otra parte, ¿acaso sabes si es a Dios a quien recibes, cuando piensas que sólo tienes que habértelas con unos hombres? Abraham acoge a unos viajeros; en realidad recibe en su casa a Dios y a sus ángeles. También tú, cuando acoges a un extranjero, acoges a Dios. El Señor Jesús lo afirma en su Evangelio: «Era un extranjero y me acogisteis. Lo que hicisteis con uno de estos mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis» (Mt 25,35.40)»...

San Ambrosio (hacia 340-397), obispo de Milán y doctor de la Iglesia - Sobre Abraham, I, 5, 32-35


PARA REZAR

Querido Dios

Querido Dios,
no sé si hay gente capaz de contemplar
cómo vives Tú en la pobreza,
mientras ellos quieren seguir siendo ricos...

No puedo concebir que haya amor
sin un imperioso deseo de ser iguales;
especialmente, de compartir todas las penas
y contrariedades de la vida...

Cómo se puede ser rico, vivir confortablemente,
en medio de cosas de mi propiedad,
cuando Tú has vivido pobre, incómodo,
fatigado y agobiado por el trabajo.
Yo no podría vivir de otra manera.

Carlos de Foucauld


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