Lecturas de hoy Jueves de la 32ª semana del Tiempo Ordinario

11.11.2021

Lecturas de hoy Jueves de la 32ª semana del Tiempo Ordinario

Hoy, jueves, 11 de noviembre de 2021

Primera lectura

Lectura del libro de la Sabiduría (7,22-8,1):
La sabiduría es un espíritu inteligente, santo, único, múltiple, sutil, móvil, penetrante, inmaculado, lúcido, invulnerable, bondadoso, agudo, incoercible, benéfico, amigo del hombre, firme, seguro, sereno, todopoderoso, todo vigilante, que penetra todos los espíritus inteligentes, puros, sutilísimos. La sabiduría es más móvil que cualquier movimiento, y, en virtud de su pureza, lo atraviesa y lo penetra todo; porque es efluvio del poder divino, emanación purísima de la gloria del Omnipotente; por eso, nada inmundo se le pega. Es reflejo de la luz eterna, espejo nítido de la actividad de Dios e imagen de su bondad. Siendo una sola, todo lo puede; sin cambiar en nada, renueva el universo, y, entrando en las almas buenas de cada generación, va haciendo amigos de Dios y profetas; pues Dios ama sólo a quien convive con la sabiduría. Es más bella que el sol y que todas las constelaciones; comparada a la luz del día, sale ganando, pues a éste le releva la noche, mientras que a la sabiduría no le puede el mal. Alcanza con vigor de extremo a extremo y gobierna el universo con acierto.
Palabra de Dios


Salmo del Día



Salmo 118

Tu palabra, Señor, es eterna

Tu Palabra, Señor, es eterna,
más estable que el cielo. 

Tu fidelidad de generación en generación,
igual que fundaste la tierra y permanece. 

Por tu mandamiento subsisten hasta hoy,
porque todo está a tu servicio. 

La explicación de tus palabras ilumina,
da inteligencia a los ignorantes. 

Haz brillar tu rostro sobre tu siervo,
enséñame tus leyes. 

Que mi alma viva para alabarte,
que tus mandamientos me auxilien. 


Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Lucas (17,20-25):
En aquel tiempo, a unos fariseos que le preguntaban cuándo iba a llegar el reino de Dios, Jesús les contestó: «El reino de Dios no vendrá espectacularmente, ni anunciarán que está aquí o está allí; porque mirad, el reino de Dios está dentro de vosotros.»
Dijo a sus discípulos: «Llegará un tiempo en que desearéis vivir un día con el Hijo del hombre, y no podréis. Si os dicen que está aquí o está allí no os vayáis detrás. Como el fulgor del relámpago brilla de un horizonte a otro, así será el Hijo del hombre en su día. Pero antes tiene que padecer mucho y ser reprobado por esta generación.»
Palabra del Señor


Reflexión del Evangelio de hoy


PARA REFLEXIONAR

  • Salomón, el modélico rey de Israel reconoce humildemente su condición de hombre mortal, hijo de la tierra, no es sabio por descender de David sino que ha obtenido la sabiduría como fruto de una plegaria suplicante, como don gratuito de Dios.
  • La lectura de hoy forma parte del grupo de textos que hablan de la sabiduría en sí misma. El autor enumera cualidades de la sabiduría. Hay en la «sabiduría» un espíritu inteligente, santo, único, múltiple, sutil, ágil, penetrante, puro, sincero, amable... amigo de los hombres, apacible...
  • Es un hálito del poder de Dios, una emanación pura de la gloria del Omnipotente, el reflejo de la gloria eterna, el espejo sin mancha de la actividad de Dios, la imagen de su bondad.
  • La Sabiduría es única y lo puede todo. Sin salir de sí misma, renueva todas las cosas.
  • La Sabiduría de Dios trabaja en el corazón del hombre y de todo hombre. En todas las edades, entrando en las almas santas, la Sabiduría forma en ellas amigos de Dios y profetas.

***

  • Jesús, intenta sin duda desanimar a sus discípulos para que no sigan pensando en la fecha concreta de la llegada del Reino, como si fuera una invasión militar o un golpe político. Quiere cambiarles la mentalidad acerca de una venida del Reino que se pueda calcular, son ellos los que deben prepararse a la venida del Espíritu «dentro de los corazones».
  • La expresión Reino de Dios, para los judíos, contenía como en concentrado, toda la espera de Israel del día en que Dios tomaría el poder, y salvaría a su pueblo de todos sus opresores. Era la espera de días mejores, la espera de la gran noche, el deseo de una humanidad feliz.
  • Sin embargo, Lucas plantea que el Reino ya está presente en la vida de cada uno; y este esperar masivamente los acontecimientos de tipo apocalíptico, como expresiones de la llegada del Reino, es no comprender esta interpretación.
  • No son los signos de la naturaleza los que anuncian el tiempo del reino, sino que, el mismo hombre lo define, mediante su compromiso con la realidad cotidiana.
  • Cristo no esperó un "día extraordinario"; vivió hasta el final siendo fiel a su condición de hombre, y "su día" fue continuamente el día de su fidelidad a Dios, en lo que la realidad le iba presentando.
  • El reino de Dios es una realidad palpable aquí y ahora. Allí donde, Dios a través de Jesús interviene y salva una vida; allí donde, hay hombres como Jesús que tienen el valor y la fe suficientes para comprender que esta salvación es un don de Dios, y abrirla a los demás hombres; allí donde, hombres y mujeres se comprometen en la justicia por el bien de todos; allí ha empezado ya el reino de Dios.


PARA DISCERNIR

  • ¿Qué imagen tengo del reino de Dios?
  • ¿Trabajo por el reino, quiero que venga?
  • ¿Cuál es mi aporte para el establecimiento del reino?


REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

Que venga tu Reino Señor


PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

El Reino de Dios está en medio de vosotros

..."El Verbo de Dios, por quien fueron hechas todas las cosas, hecho El mismo carne y habitando en la tierra, entró como hombre perfecto en la historia del mundo, asumiéndola y recapitulándola en sí mismo. El es quien nos revela que «Dios es amor» (1Jn 4,8), a la vez que nos enseña que la ley fundamental de la perfección humana, es el mandamiento nuevo del amor... Así, pues, a los que creen en la caridad divina les da la certeza de que abrir a todos los hombres los caminos del amor y esforzarse por instaurar la fraternidad universal no son cosas inútiles. Al mismo tiempo advierte que esta caridad no hay que buscarla únicamente en los acontecimientos importantes, sino, ante todo, en la vida ordinaria. El, sufriendo la muerte por todos nosotros, pecadores, nos enseña con su ejemplo a llevar la cruz que la carne y el mundo echan sobre los hombros de los que buscan la paz y la justicia.

Constituido Señor por su resurrección, Cristo, al que le ha sido dada toda potestad en el cielo y en la tierra (Mt 28,18), obra ya por la virtud de su Espíritu en el corazón del hombre, no sólo despertando el anhelo del siglo futuro, sino alentando, purificando y robusteciendo también con ese deseo aquellos generosos propósitos con los que la familia humana intenta hacer más llevadera su propia vida y someter la tierra a este fin. Mas los dones del Espíritu Santo son diversos: si a unos llama a dar testimonio manifiesto con el anhelo de la morada celestial y a mantenerlo vivo en la familia humana, a otros los llama para que se entreguen al servicio temporal de los hombres, y así preparen la materia del reino de los cielos. Pero a todos les libera, para que, con la abnegación propia y el empleo de todas las energías terrenas en pro de la vida, se proyecten hacia las realidades futuras, cuando la propia humanidad se convertirán en oblación acepta a Dios.

«Señor, que fructifique en nosotros la celebración de la Eucaristía con la que tú nos enseñas, ya en nuestra vida mortal, a descubrir el valor de los bienes eternos y a poner en ellos nuestro corazón». (Misal romano: oración de postcomunión del 1er domingo de Adviento)"...

Concilio Vaticano II - Constitución sobre la Iglesia en el mundo de hoy «Gaudium et spes», 38


PARA REZAR

El Reino, los cielos nuevos y la tierra nueva,
que anuncia Jesús no tiene un estilo espectacular,
llamativo o estrepitoso.
Para Jesús es como el fermento,
que actúa en lo escondido,
es como la semilla que sepultada en la tierra,
va produciendo su fruto.
Jesús, que «venga a nosotros tu Reino».
Tu Reino es imprevisible, está oculto,
pero ya está actuando: en la Iglesia,
en su Palabra, en los sacramentos,
en la fuerza y entrega de tantos cristianos,
que creen en el evangelio y lo viven sin medir consecuencias.
Ya está presente en los humildes y sencillos,
en los limpios de corazón y en los que buscan la paz,
en los que lloran y en los que ríen,
en todos los que te buscan con sincero corazón.



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